Ajuste de rutina por el ciclo escolar
En vísperas del comienzo del ciclo lectivo, niños, adolescentes, padres y docentes ajustan sus rutinas. Pasar de las vacaciones a las obligaciones escolares no deja de ser estresante.En el caso de los alumnos la ruptura es lógica. De la despreocupación, la pereza y la flexibilidad, se pasa a la adopción de un régimen de vida que debería estar caracterizado por el trabajo y la disciplina.En un sentido, la escuela representa un gran ordenador de la vida familiar. Por lo pronto, los horarios de la casa deben acomodarse a la rutina del año lectivo.Durante las vacaciones, los horarios se flexibilizan y se atan más a las costumbres de los adultos. Entonces, se tiende a trasnochar y a despertarse unas cuantas horas más tarde.Algunos expertos sugieren ir acomodando este elemento paulatinamente. Una o dos semanas antes del inicio de las clases, los chicos deberían retomar hábitos como los de acostarse temprano, despertarse antes y dedicar menos tiempo a las horas de pantalla (computadoras y TV) sobre todo a la noche.Algunos padres responsables empiezan a crear días antes de la apertura escolar un clima previo en el hogar. Logran que sus hijos se ejerciten en algunas prácticas básicas.Los chicos, así, hacen algunos ejercicios de matemáticas o retoman el contacto con la lectoescritura, generalmente descuidado durante las vacaciones.Las motivaciones, según las edades, cambian. Los más chicos suelen estar entusiasmados por las situaciones nuevas que vienen asociadas a la escuela.Los que empiezan el secundario se encuentran con idéntica novedad. Otros, sobre todo los preadolescentes, ya saben con qué se van a encontrar y son más difíciles de motivar.Las actitudes que asuman los padres son igualmente significativas. Ellos deben liderar la reorganización en el hogar. Uno de los límites que deben establecer lo que tiene que ver con el descanso necesario para estar concentrados con vistas al buen funcionamiento del aprendizaje durante el día.La falta de sueño puede tener un efecto bastante significativo sobre la concentración, la memoria y el estado de ánimo, según cree Deby Goldberd, licenciada en psicología y psicopedagogía, para quien los niños necesitan por lo menos nueve horas de sueño continuo para estar listos para el aprendizaje "El sueño es un proceso que debe llevarse a cabo con las etapas correspondientes. Cada uno de ellos está conformado por etapas que, si no son cursados debidamente, el rendimiento diurno no será el mismo", explica."Los estímulos de la casa (TV, música, computadora) deben ir disminuyendo de modo tal que el proceso comience a desarrollarse normalmente -agrega-. El no cumplimento de estas etapas trae aparejadas consecuencias dañinas ya que, si se reduce el sueño en forma abrupta, es probable que las personas sufran irritabilidad, ineficiencia intelectual e intensa necesidad de dormir".Los padres, por otro lado, son los responsables de preparar la canasta escolar.Algunos negocios se quejan de que muchos de ellos llegan a último momento a comprar elementos escolares, desde los zapatos y uniformes hasta los útiles y libros que exige la escuela.Otras familias, más previsoras, ya en enero comenzaron a proveerse de todo lo que conforma una canasta escolar, cuyo costo ha venido más caro que el año anterior.El comienzo de las clases implica un cambio en el ritmo de vida que se venía llevando a cabo en las vacaciones. Se trata, en suma, de incorporar las nuevas obligaciones inherentes al ciclo escolar
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