POR JORGE BARROETAVEÑA
Alberto, Cristina, Néstor, Olivos y una foto que es imperdonable
A veces da la impresión que el Presidente fuera un aprendiz. Que todos los años que fue Jefe de Gabinete de Néstor le pasaron por el costado. Que los años que estuvo cerca de Cristina aprendió poco. Que los años que fue socio y amigo de Domingo Cavallo tampoco le sirvieron. Y que la primera magistratura lo encontró en posición adelantada. La foto de Olivos es un error político imperdonable que Cristina o Néstor jamás hubieran cometido.
Jorge Barroetaveña A la hora que esto escribo la historia todavía está en desarrollo. La foto de la juerga en Olivos, publicada por el Diario La Nación, es un golpe duro en plena campaña. Tomada por alguien que no se sabe quién, fue el 14 de julio del año pasado, cuando la cuarentena más dura regía, en ocasión del onomástico de la Primera Dama, deja tambaleando a Alberto Fernández. Claro que el juicio político no prosperará y Alberto seguirá siendo Presidente, pero el incidente profundiza su desgaste y lo golpea en el flanco más débil: su palabra. Alberto ha tenido que convivir estos dos años con una permanente contradicción. Contradicción que viene desde la génesis de su candidatura, armada, pergeñada y concretada por Cristina Kirchner a quién se cansó de defenestrar cuando se alejó del poder. Alberto dijo cosas fuertes y graves de Cristina, sin ser necesario irse tan atrás en el tiempo. Fue ayer apenas. Esa doble vara para asumir el compromiso de ser su aliado y alter ego, facilitando su vuelta al poder, ha sido un karma para él. Cada día desde que asumió. Paradójico y descriptivo el recuerdo del PJ a dos años de la victoria del Frente de Todos en las PASO. En la foto de los festejos no estaba Cristina, “la que aportó el 95% de los votos”, como dijo con veneno un dirigente de La Cámpora. Ella misma se encargó de enrostrarles a sus aliados el ‘olvido’. En rigor tiene razón. Si no hubiera sido por sus votos ni en sueños Alberto hubiera sido Presidente. Claro, es probable que a ella sola, tampoco le hubiera alcanzado. Los dos son víctimas de la política de las fotos. Las de antes y las de ahora. La de Olivos, más allá del riesgo sanitario en el que también se lo ponía al Presidente, es indignante para millones de argentinos que fueron respetuosos y se privaron de saludar a seres queridos que se les murieron o de festejar cientos de miles de cumpleaños en familia. ¿Vale la pena recordar que los chicos estuvieron un año sin ir a la escuela? ¿O que miles de pymes se fundieron sin poder trabajar? ¿O que otros tantos miles se quedaron sin laburo? Lo de Maradona, lo de Moyano, casi que fueron anécdotas en un mar de contradicciones, pero la foto del cumple de Fabiola Yáñez es indigerible. A la distancia es probable que Cristina esté echando unas buenas raspas. Ella jamás hubiera cometido semejante gaffe, no sólo porque no le gustan demasiado las reuniones sociales, también por instinto de supervivencia. Cuál será el impacto que la foto tendrá en la campaña sólo Dios lo sabe. O los votantes. La campaña de vacunación ha venido a los barquinazos desde que empezó. No sólo por la falta de vacunas evidente en los primeros meses, todavía con segundas dosis escasas, sino por los escándalos de los VIP que consiguieron vacunarse mientras millones de argentinos miraban ‘la fiambrera’. La secuela de pavorosa crisis económica es la otra hipoteca que el gobierno de los Fernández debe enfrentar. El objetivo es obvio: echarle toda la culpa posible a Macri. Fue la propia Cristina la que el jueves fijó el rumbo discursivo cuando remarcó que los medios hegemónicos opositores (la frase del ‘Evangelio de Clarín’ es genial) quieren instalar que la crisis económica es producto de la cuarentena y no de la pandemia. Hasta la simpática referencia de Marcela Tinayre sobre la situación en Francia, sirvió para abonar la teoría. Va en consonancia con el hilo conductor de echarle la culpa a Macri de todos los males de la república. Como suele suceder en política, son siempre medias verdades. Es cierto que Macri les dejó un país fundido y endeudado, más o menos cómo él lo recibió de Cristina. Y Cristina de sí misma, y Cristina de Néstor, y Néstor de Duhalde, y Duhalde de De la Rúa. Todos hicieron su aporte patriótico para fundir la Argentina, y llevarnos a que la mitad de nuestros habitantes sean pobres. Ese es el fondo de la cuestión. La estrategia de campaña del oficialismo es la correcta. Sacarse la tierra de encima y dividir culpas entre la pandemia y Macri. Que fueron más o menos lo mismo. La foto del jueves es un misil por debajo de la línea de flotación que alguien tendrá que explicar. O pedir perdón por semejante yerro. Sería bueno que lo hagan antes que el barco se escore más y empecemos a mirar de reojo los salvavidas.
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