Amar la vida

La vida es un regalo, un don. ¿Por qué decimos esto? Porque ninguno es papá o mamá de sí mismo. No "decidimos" vivir. Tampoco decidimos cuándo morir.Por Monseñor Jorge Eduardo Lozano*
Hay preguntas, interrogantes en el corazón humano que buscan respuestas trascendentes, que ayudan a levantar la mirada intentando encontrar lo que algunos llaman el "sentido de la vida". A veces nos sorprendemos por la alegría profunda que da el amor, la amistad, los hijos... Otras experiencias se nos presentan con dolores inconmensurables que nos confunden: la muerte joven, las injusticias, la violencia, la traición...Sabemos que la vida es sagrada y la dignidad humana inviolable en toda persona independientemente de su condición, edad, lugar de nacimiento.Estamos comenzando en la Iglesia la preparación de la Navidad. Este tiempo lo llamamos Adviento. Celebraremos el nacimiento de Jesucristo, el Hijo de Dios que se hace hombre. De este modo Dios nos muestra ¡cuánto valora la vida humana! El Papa nos invitó a rezar en una solemne "Vigilia por la vida naciente". Hermanados en nuestro respeto a la vida, en las Iglesias de todo el mundo se hace oración.En muchos momentos la vida se nos muestra con gran fragilidad. Por eso debemos cuidarla cuando está en riesgo. En las mamás embarazadas, en los pobres, en los adictos, en los ancianos, en los enfermos...Hacerse cargo de toda la vida y de la vida de todos es una hermosa y enorme responsabilidad.Pedimos a Dios nos ilumine para cuidar la vida. No como una mera declamación verborrágica, sino como actitud de compromiso serio. En la Iglesia argentina dedicaremos el 2011 como "Año de la Vida" en este camino de Bicentenario del 2010 al 2016.Cómo duele ver el desprecio a la vida humana en el mundo: atentados, guerras, miseria, esclavitud, explotación. El egoísmo, la soberbia nos aíslan de los demás. Amar la vida es posible cuando nos reconocemos amados por otros y cuando amamos de verdad.Pidamos al Dios de la Vida nos ayude a tener un corazón generoso y comprometido. Nace Jesús. Para Él ninguna vida es poca o pequeña. Para Dios tu vida y la de todos vale la pena. Él nos ama de verdad.  *obispo de Gualeguaychú y miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral Social