Amazonas: preocupa la pérdida de vegetación
La selva amazónica es uno de los grandes pulmones de la humanidad. Los científicos temen que esta capacidad de oxigenar la atmósfera esté disminuyendo, por la mayor pérdida de árboles.Lo que causó la alarma fue el devastador efecto de la sequía del año pasado, que fue récord y que se extendió más que la de 2005 -considerada la última de grandes proporciones-.Durante la sequía de 2010, el río Amazonas mostró su nivel más bajo en medio siglo, lo que produjo que varios afluentes terminaran completamente secos. De hecho, más de 20 municipios se declararon en estado de emergencia.Un estudio financiado por la NASA, a partir de información satelital, mostró una importante reducción en el verdor de la cuenca. La sequía, medida por el déficit de agua caída, afectó un área 1,65% más amplia que la de 2005, es decir unos 5 millones de kilómetros cuadrados con vegetación.Paralelamente, la disminución de la vegetación verde abarcó un área cuatro veces más extensa (2,4 millones de kilómetros cuadrados).Simon Lewis, de la Universidad de Leeds, consideró preocupante que dos sequías hayan ocurrido tan seguidas. "Si se descubre que fueron provocadas por un aumento de las concentraciones de gases invernadero en la atmósfera, podríamos tener más años de sequía en el futuro cercano", opinó.El diario digital BBC Mundo recogió los dichos del científico, quien declaró: "Si eventos como este ocurren con más frecuencia, la selva amazónica podría dejar de ser un valioso freno para el cambio climático, para pasar a convertirse en una de las principales fuentes de gases invernadero".Como se ve, el temor de los científicos es que esta pérdida de la cantidad de vegetación amazónica puede acarrear una perturbación significativa del ciclo global del dióxido de carbono (CO2), ya que estas selvas inciden en un 15% en la producción anual global.Dicho ciclo consiste en el intercambio permanente de este gas entre la atmósfera, los océanos, las rocas y los seres vivos. En este circuito, los seres humanos y los animales eliminan el CO2 y las plantas lo absorben durante el proceso de la fotosíntesis, reduciendo su concentración en la atmósfera, y liberando oxígeno.Se podría decir que el Amazonas es un gran pulmón que brinda oxígeno al ambiente, haciendo posible la vida en el planeta. De ahí que toda reducción de su vegetación es un llamado de alerta global.Existe la sospecha que el calentamiento global está provocando estas sequías en esta selva tropical húmeda, la mayor del planeta y la más rica en biodiversidad.Con el agravante de que la pérdida de áreas verdes en el Amazonas aceleraría todo el proceso. En efecto, los bosques tropicales, no sólo tendrían menos capacidad de absorber el CO2, también se convertirían en sus emisores.En el Amazonas, el mecanismo es simple: al producirse una sequía severa los árboles mueren y liberan una gran cantidad de CO2 durante el proceso de putrefacción. Estas enormes masas de reservas de dióxido de carbono, al liberarse, aceleran el calentamiento global.En un año el Amazonas absorbe alrededor de 1,5 millones de toneladas de CO2 de la atmósfera. La sequía de 2005 puede haber liberado -en su momento y años posteriores- unos 5 millones de toneladas de dióxido de carbono, según los expertos.Las sequías, en suma, estarían revelando la vulnerabilidad del Amazonas ante el aumento de las temperaturas globales. También sugieren que esa selva, al reducir su vegetación, pierde capacidad para frenar el cambio climático.La Amazonia es un ecosistema único y hace al equilibrio global del planeta. Su degradación nos afecta a todos.
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