Bajo el signo de la longevidad
La esperanza de vida se ha estirado tanto que hoy es moneda corriente que los más chiquitos lleguen a compartir parte de su infancia con bisabuelas, muchas de las cuales ocupan el rol de abuelas.La actual civilización ha alcanzado altísimas cotas en lo que hace a la higiene y la medicina. Esto ha determinado que la duración media de la vida humana aumente cada año.El dato es que la expectativa de vida en Argentina aumentó 20 años en las últimas cuatro décadas: ahora es de 77 años. Se trata de un cambio inédito y de magnitud que ha expandido el fenómeno de la vejez.En la Argentina ya hay un millón de personas mayores de 80 años. Y 7 de cada 10 son mujeres. Estos datos explican que haya cada vez más bisabuelas.Por lo cual pueden coexistir cuatro y hasta cinco generaciones en una familia. "Y, a medida que se avanza en edad, son muchas más las bisabuelas que los bisabuelos", asegura Graciela Zarabski, directora de la especialización en Psicogerontología de la Universidad Maimónides.Paralelamente, las sociedades actuales se preocupan de la asistencia de la tercera edad. Hay todo un sistema de seguridad, confort y cuidados, destinado a asegurar los medios de vida a los adultos mayores.La medicina acompaña el fenómeno. La geriatría, por ejemplo, se centra en las patologías asociadas a la vejez, y el tratamiento de las mismas. Pero últimamente se ha impuesto con fuerza la gerontología (de gero, anciano y logos, estudio).La gerontología es el área de conocimiento que estudia la vejez y el envejecimiento. Es una ciencia que se ocupa de la promoción de la salud de los adultos mayores. También aborda aspectos psicológicos, sociales, económicos demográficos relacionados con esta franja etaria.Es decir, los progresos sociales y científicos han logrado un envejecimiento saludable en muchos aspectos. Por ejemplo, una reciente encuesta decía que 6 de cada 10 argentinos mayores se sentían sanos.También se supo que en los últimos años se duplicaron las consultas sobre sexo de los mayores. En tanto que un estudio da cuenta que el 80% de los encuestados tiene opiniones positivas sobre su vejez futura, y hablan de viajes, familia, nietos, vida en pareja, tiempo personal y aprendizaje humano.Con respecto al fenómeno de expansión de las bisabuelas, la psicogerontóloga Laura Botín asegura que se trata de mujeres que "están bien cuidadas por ellas mismas"."Se sienten útiles, independientes. Las abuelas de hoy están súper ocupadas, entonces las 'bis' cumplen perfectamente este rol, es muy lindo este intercambio generacional", indicó.Zarabski dice por su lado: "Estas bisabuelas son las que quedan en casa con los bisnietos, las que cocinan y transmiten los valores de la familia y la historia. Su vida cotidiana puede ser muy activa, sana, vital, pero no tan llena de actividades como la de los abuelos"."Por su edad -añade-, tuvieron más pérdidas de vínculos de pares, amigos, hermanos, cuñados, por lo que la existencia, nacimiento y crecimiento de sus bisnietos puede ser lo que más los conecte con la vida, con los deseos de vivir para ver crecer a la nueva generación".Las estadísticas confirman la presencia del hombre de edad en la sociedad moderna. Se calcula, por caso, que el 70% de los chicos de 8 años tendrá un bisabuelo vivo en 2030 en Estados Unidos.En Capital Federal se calcula en 360.000 la cantidad de personas que tienen más de 70 años. Además el 15% de los argentinos mayores de 65 años aun forma parte de la población económicamente activa.La mayor presencia y el papel de la vejez en la actual civilización es un dato incontrastable.
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