Bibliotecas populares, símbolos de ilustración
Un día como hoy pero de 1870, el Congreso de la Nación sancionó el proyecto de creación de la Comisión Protectora de Bibliotecas Populares, a pedido del entonces presidente Domingo Faustino Sarmiento.De ahí que hoy se conmemore el día de estas instituciones centenarias, a partir de un decreto de 1990, en cuyos considerandos se resalta su valor cultural y político para el país."La historia de las bibliotecas populares no sólo está ligada a la obra total de la cultura, sino también al de la vida política de la Nación y esencialmente a la de la lucha por la libertad de pensamiento", reza ese decreto.Biblioteca Popular es el término oficialmente utilizado en Argentina para designar a una asociación civil autónoma cuyo nombre es equivalente a la expresión inglesa "public library" que se utiliza en los países anglosajones.La diferencia en el caso de Argentina es, que la biblioteca popular es administrada por una comisión directiva cuyos miembros son civiles autoconvocados, mientras que la biblioteca pública es solventada por el Estado.Las "populares" surgieron en un momento en que la élite gobernante llevó adelante la transformación educativa más vasta y profunda que conociera Argentina, inspirada en un ideal de ilustración.Lo hizo democratizando el acceso al conocimiento. Porque en estos ámbitos los ciudadanos pueden leer sin ser propietarios del "objeto" (hoy se dice soporte). Así, la cultura escrita en sus variadas formas -literaria y científica- se coloca al alcance de todos sin el requisito de la apropiación individual.Piénsese que en 1870 y en los años subsiguientes se produjo la explosión inmigratoria. Millones de argentinos y extranjeros tomaron contacto con el saber universal y pudieron cumplir con la educación obligatoria, gracias a las bibliotecas populares.En 1876 se registran 200 bibliotecas populares en el país, en tanto que en 1925 ya ascendían a 1.012. Gualeguaychú ha sido una ciudad pionera en el fomento de estas entidades.En efecto, cuando Olegario Víctor Andrade concibió el sueño de fundar, hace 140 años, una biblioteca para el pueblo de Gualeguaychú, aún no existía ninguna en Entre Ríos y en el país sólo había dos.El 21 de mayo de 1869, en carta enviada al secretario de la Comisión Protectora de la Educación don José E. Cortines, el poeta se muestra preocupado por "el estado intelectual de nuestro pueblo", al tiempo que habla de la necesidad "de una biblioteca que sirva de centro de atracción y de estímulo para todos los estudiosos."Ese año se funda la biblioteca, que al principio se llamó Educacionista Argentino. La iniciativa tuvo que atravesar distintos avatares y casi llegó a desaparecer, pero un reducido grupo de vecinos la preservó.En especial fue Justo Echazarreta quien durante varios años la administró, y llegó a instalarla en su propia casa. Razón por la cual el pueblo la llamó la "biblioteca de Don Justo".En 1905 una comisión presidida por Emilio Marchini resolvió rescatarla constituyendo la "Biblioteca Popular Sarmiento". Y desde entonces, la entidad se consolidó y permanece hasta nuestros días.En la ciudad existen, además, las bibliotecas populares "Olegario Víctor Andrade", "López Jordán", y "Rodolfo García". Estos enclaves son hoy refugios de la cultura, en la que las jóvenes generaciones se acercan al mundo de la lectura.De esta manera, estas entidades continúan el ideario de figuras como Sarmiento, que creían que la instrucción y la ilustración, al alcance de todos, eran la condición para el progreso.
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