Carrió, Duhalde, Cobos, los medios y los monstruos. Sólo falta Néstor
La parición de la nueva ley de medios en el Senado de la Nación tendrá su día clave: será el próximo viernes. En esa sesión especial, los legisladores oficialistas intentarán entregarle a la Casa Rosada, la ley que el matrimonio presidencial tanto viene reclamando: la piedra inicial para volver a dar batalla y ganar la opinión pública.
Por Jorge Barroetaveña
De la redacción de El Día de GualeguayPichetto es un senador que pasará a la historia. No será por su intensa tarea legislativa, ni por sus vínculos zigzagueantes (no pocos recuerdan sus encendidas defensas en nombre del menemismo) sino porque su cara lo dice todo. Igual que en aquella noche del voto no positivo de Cobos, cuando espetó el histórico 'lo que tenga que hacer hágalo rápido'), su expresión detrás del senador Guillermo Jenefes, en la reunión plenaria del jueves en el Senado de la Nación, hablaba por sí misma. A ciencia cierta, nadie en el oficialismo se atrevía a vaticinar cómo votaría el jujeño. Es que, pese a estar varias horas reunido con Néstor Kirchner en Olivos, la sensación de la posibilidad de un voto negativo había crecido peligrosamente. Pero Jenefes ya había anticipado que él no quería ser otro Cobos. Y optó por firmar el dictamen de comisión (fue el octavo de 8 votos que necesitaba el oficialismo) y de esta forma facilitar la llegada de la iniciativa al recinto.El viernes que viene se sabrá hasta dónde las presiones cruzadas que hay en la Cámara Alta servirán para definir la iniciativa. Si bien los votos para aprobar la ley en general Pichetto ya los tiene debajo del brazo, nada asegura que estarán a la hora de la votación en particular. Allí hay dos artículos que siguen dividiendo aguas: uno es el del órgano de aplicación con mayoría de integrantes del Poder Ejecutivo y otro es el plazo de un año para que las empresas se desprendan de los activos que no podrán seguir conservando si se aprueba la ley. En este pliegue de la historia, no sólo Jenefes será un legislador clave: los dos chubutenses (Giusti y Guinle) podrían resultar decisivos a la hora de inclinar la balanza hacia uno u otro lado. Este fin de semana Giusti se reunirá con Mario Das Neves y resolverá su voto. Guinle, que se autotitula inmune a órdenes y presiones, no ha abierto la boca.Pese al final abierto que aún tiene el embate final del kirchnerismo hay algo seguro: Cobos no tendrá, ni remotamente, el papel que algunos imaginaron, similar al de la Resolución 125. Si los votos para aprobar todo el articulado no están, la Rosada ordenó que alguno de los senadores oficialistas se retire del recinto. No quieren darle al Vicepresidente la mínima chance de tener que volver a desempatar y quedar colocado otra vez en el centro de la escena.Néstor Kirchner está convencido que, con influencia y control sobre los medios, podrá revertir la tendencia actual y pelear, él o su mujer, por la permanencia en el poder a partir del 2.011. Fue una pena que el jueves, pasara desapercibido el testimonio de dos periodistas santacruceños. Con no poca crudeza describieron el entramado de manejos de los medios que Kirchner inauguró con su llegada a la gobernación en 1.991 y cuál es la situación actual de la prensa sureña. Valientes, dejaron no pocas claves para entender el comportamiento actual del matrimonio presidencial y su concepción sobre el ejercicio de la libertad de prensa. Ojalá no sea el prenuncio de lo que se viene si el Senado convierte en ley la iniciativa oficial.En esencia es la misma. Es la misma que pare con facilidad partidos políticos y no tiene pelos en la lengua para decir las cosas. Controversial, a veces autoritaria y mesiánica, Lilita Carrió volvió al ruedo y vaticinó que al gobierno no le alcanzará con dominar los medios de comunicación. Para eso echó mano a la historia y recordó que el Perón de los '50 ganó con todos los medios en contra y perdió con todos los medios a favor.Después de meses de ostracismo, primero voluntario y después obligado por unas cervicales rebeldes, la líder y fundadora del ARI, marcó la cancha y le puso límites al 2.011. Si bien ratificó que seguirá formando parte del Acuerdo Cívico y Social con radicales y socialistas, reiteró por enésima vez que su límite es Julio Cobos. Carrió confía en que Gerardo Morales impedirá que la UCR lleve a Cobos como estandarte y no concibe que Eduardo Duhalde pretenda volver para ahuyentar el 'monstruo' que él mismo creó.Este fin de semana trajo una buena noticia para varios de los aspirantes a la Casa Rosada. Es que Carlos Reutemann, el candidato que nunca se definió, perdió feo las elecciones municipales en Santa Fe a manos del socialismo de Hermes Binner. El ex gobernador ni siquiera pudo salvar la ropa en dos bastiones históricos como Santa Fe Capital y su pueblo, Llambí Campbell y quedó seriamente magullado de cara al 2.011. Fue un golpe más, al que le dio su histórica aliada Roxana Latorre hace algunas semanas en el Senado. Como nunca, el futuro político del santafesino quedó envuelto en tinieblas.Otro, que teje desde las sombras, es el ex presidente Eduardo Duhalde. El bonaerense está de gira por Europa, tratando de instalar su imagen otra vez entre los 'presidenciables'. Su despacho del Movimiento Argentino se ha convertido desde hace tiempo en lugar de peregrinaje para todos los que quieren saber hacia dónde rumbeará el PJ y cómo se reconstruirá el liderazgo alternativo al de Néstor Kirchner. Duhalde es el mismo que con su apoyo le permitió al santacruceño derrotar a Menem en aquella primera vuelta del 2.003. Es el mismo que antes había elegido a Reutemann, pero la negativa cerrada de este, terminó por dejarlo sin opción y en los brazos de Kirchner. Es el mismo a quién Kirchner pateó de lo alto del poder y dejó huérfano de estructura y aliados. Pero la venganza es un plato que se come frío."Los mismos que crearon a los monstruos ahora se asustan y los quieren combatir", disparó Carrió el viernes. Duhalde tuvo mucho que ver. Cobos también. Carrió lo sabe. Por eso no les cree.
Por Jorge Barroetaveña
De la redacción de El Día de GualeguayPichetto es un senador que pasará a la historia. No será por su intensa tarea legislativa, ni por sus vínculos zigzagueantes (no pocos recuerdan sus encendidas defensas en nombre del menemismo) sino porque su cara lo dice todo. Igual que en aquella noche del voto no positivo de Cobos, cuando espetó el histórico 'lo que tenga que hacer hágalo rápido'), su expresión detrás del senador Guillermo Jenefes, en la reunión plenaria del jueves en el Senado de la Nación, hablaba por sí misma. A ciencia cierta, nadie en el oficialismo se atrevía a vaticinar cómo votaría el jujeño. Es que, pese a estar varias horas reunido con Néstor Kirchner en Olivos, la sensación de la posibilidad de un voto negativo había crecido peligrosamente. Pero Jenefes ya había anticipado que él no quería ser otro Cobos. Y optó por firmar el dictamen de comisión (fue el octavo de 8 votos que necesitaba el oficialismo) y de esta forma facilitar la llegada de la iniciativa al recinto.El viernes que viene se sabrá hasta dónde las presiones cruzadas que hay en la Cámara Alta servirán para definir la iniciativa. Si bien los votos para aprobar la ley en general Pichetto ya los tiene debajo del brazo, nada asegura que estarán a la hora de la votación en particular. Allí hay dos artículos que siguen dividiendo aguas: uno es el del órgano de aplicación con mayoría de integrantes del Poder Ejecutivo y otro es el plazo de un año para que las empresas se desprendan de los activos que no podrán seguir conservando si se aprueba la ley. En este pliegue de la historia, no sólo Jenefes será un legislador clave: los dos chubutenses (Giusti y Guinle) podrían resultar decisivos a la hora de inclinar la balanza hacia uno u otro lado. Este fin de semana Giusti se reunirá con Mario Das Neves y resolverá su voto. Guinle, que se autotitula inmune a órdenes y presiones, no ha abierto la boca.Pese al final abierto que aún tiene el embate final del kirchnerismo hay algo seguro: Cobos no tendrá, ni remotamente, el papel que algunos imaginaron, similar al de la Resolución 125. Si los votos para aprobar todo el articulado no están, la Rosada ordenó que alguno de los senadores oficialistas se retire del recinto. No quieren darle al Vicepresidente la mínima chance de tener que volver a desempatar y quedar colocado otra vez en el centro de la escena.Néstor Kirchner está convencido que, con influencia y control sobre los medios, podrá revertir la tendencia actual y pelear, él o su mujer, por la permanencia en el poder a partir del 2.011. Fue una pena que el jueves, pasara desapercibido el testimonio de dos periodistas santacruceños. Con no poca crudeza describieron el entramado de manejos de los medios que Kirchner inauguró con su llegada a la gobernación en 1.991 y cuál es la situación actual de la prensa sureña. Valientes, dejaron no pocas claves para entender el comportamiento actual del matrimonio presidencial y su concepción sobre el ejercicio de la libertad de prensa. Ojalá no sea el prenuncio de lo que se viene si el Senado convierte en ley la iniciativa oficial.En esencia es la misma. Es la misma que pare con facilidad partidos políticos y no tiene pelos en la lengua para decir las cosas. Controversial, a veces autoritaria y mesiánica, Lilita Carrió volvió al ruedo y vaticinó que al gobierno no le alcanzará con dominar los medios de comunicación. Para eso echó mano a la historia y recordó que el Perón de los '50 ganó con todos los medios en contra y perdió con todos los medios a favor.Después de meses de ostracismo, primero voluntario y después obligado por unas cervicales rebeldes, la líder y fundadora del ARI, marcó la cancha y le puso límites al 2.011. Si bien ratificó que seguirá formando parte del Acuerdo Cívico y Social con radicales y socialistas, reiteró por enésima vez que su límite es Julio Cobos. Carrió confía en que Gerardo Morales impedirá que la UCR lleve a Cobos como estandarte y no concibe que Eduardo Duhalde pretenda volver para ahuyentar el 'monstruo' que él mismo creó.Este fin de semana trajo una buena noticia para varios de los aspirantes a la Casa Rosada. Es que Carlos Reutemann, el candidato que nunca se definió, perdió feo las elecciones municipales en Santa Fe a manos del socialismo de Hermes Binner. El ex gobernador ni siquiera pudo salvar la ropa en dos bastiones históricos como Santa Fe Capital y su pueblo, Llambí Campbell y quedó seriamente magullado de cara al 2.011. Fue un golpe más, al que le dio su histórica aliada Roxana Latorre hace algunas semanas en el Senado. Como nunca, el futuro político del santafesino quedó envuelto en tinieblas.Otro, que teje desde las sombras, es el ex presidente Eduardo Duhalde. El bonaerense está de gira por Europa, tratando de instalar su imagen otra vez entre los 'presidenciables'. Su despacho del Movimiento Argentino se ha convertido desde hace tiempo en lugar de peregrinaje para todos los que quieren saber hacia dónde rumbeará el PJ y cómo se reconstruirá el liderazgo alternativo al de Néstor Kirchner. Duhalde es el mismo que con su apoyo le permitió al santacruceño derrotar a Menem en aquella primera vuelta del 2.003. Es el mismo que antes había elegido a Reutemann, pero la negativa cerrada de este, terminó por dejarlo sin opción y en los brazos de Kirchner. Es el mismo a quién Kirchner pateó de lo alto del poder y dejó huérfano de estructura y aliados. Pero la venganza es un plato que se come frío."Los mismos que crearon a los monstruos ahora se asustan y los quieren combatir", disparó Carrió el viernes. Duhalde tuvo mucho que ver. Cobos también. Carrió lo sabe. Por eso no les cree.
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