Cómo reducir la siniestralidad vial
Habitualmente las rutas argentinas se cobran decenas de víctimas en accidentes dantescos. Muchas muertes absurdas interpelan a la sociedad y a la política de seguridad vial. Como ocurre en todos los órdenes de la vida nacional (economía o educación, por caso), aquí tampoco hay acuerdo sobre los índices de siniestralidad. Mientras la versión oficial dice que se reducen todos los años sustancialmente, los números que manejan las entidades privadas la desmienten.Los datos oficiales dan cuenta que Argentina es, junto a Chile, uno de los países con menor cantidad de muertes por accidente de tránsito de América del Sur, con una tasa de 12,6 muertos cada 100.000 habitantes.Sin embargo, según la ONG Luchemos por la Vida, esa tasa es de 18 muertos por cada 100.000 habitantes. El último registro publicado por la entidad, reveló 7.613 muertes en el tránsito durante 2014.La ONG lleva un registro histórico de siniestralidad vial desde hace 22 años. La conclusión a la que llega, como balance, es que Argentina no logra reducir ese índice.Semejante discrepancia estadística plantea el interrogante lógico acerca de la verdadera realidad sobre la seguridad vial en el país. Si no se sabe dónde se está parado, si no se acierta en el diagnóstico, difícilmente se puede elaborar una política pública en la materia.El Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP por sus siglas en inglés), fundado en 1985, es un organismo internacional sin fines de lucro que promueve el transporte sustentable y equitativo a nivel globalAndrés Fingeret, director de ITDP en Argentina, cree hay más conciencia de la importancia de la seguridad vial y en general el gobierno argentino está más activo."El problema -aclaró al diario La Nación- es que no difunden los números, y ésa debería ser información pública. Si no conocemos las estadísticas, es difícil trazar un plan de políticas para reducir el número de muertos en accidente de tránsito".¿Hacia dónde hay que ir para reducir la siniestralidad en ruta? La mayoría de los accidentes son debidos a la imprudencia de los conductores, que al parecer asumen riesgos inusitados al volante.Esa es la opinión de la mayoría de los expertos, para quienes los "factores conductuales" inciden fuertemente en la siniestralidad. Y en menor medida incidirían factores como las malas condiciones en la infraestructura vial.¿Cómo se explica, por ejemplo, que un país como Suecia haya logrado reducir a la mitad la estadística de accidentes, en los últimos 14 años? ¿Es una cuestión idiosincrática? ¿Son los suecos más inteligentes y sensibles al volante?Eso parece creer un funcionario argentino, Felipe Rodríguez Laguens, director de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, dependiente del Ministerio de Interior y Transporte."El problema es que, como sociedad, tenemos mucho por mejorar sobre nuestra conducta", le dijo a La Nación. "Suecia, como otros tantos países desarrollados, tiene un apego a las normas que la Argentina no tiene. Los argentinos tienen más miedo a que les hagan una multa que a morir en un accidente", señaló.En tanto Roberto Agosta, decano de la Facultad de Ingeniería de la UCA y especialista en ingeniería vial, explicó: "En seguridad vial hay tres elementos fundamentales: la ingeniería (vehículos y rutas), la educación (el comportamiento humano) y el poder policial (la represión a los infractores). Una política de Estado exitosa debe, necesariamente, incluir los tres elementos".
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