Con el mundo digital llegó el “tecnoestrés”
Al principio hubo que adaptarse a la tecnología digital. Ahora el estrés está vinculado a la exigencia de procesar tanta información, y a la impaciencia que genera la máquina cuando está lenta.Desde la irrupción de la computadora y la web nuestras vidas se han modificado. La conectividad ha abierto un mundo nuevo, es cierto. Pero el tránsito no fue fácil.Usuarios y trabajadores sufrieron una adaptación obligada a la nueva tecnología, una circunstancia no exenta de tensión psico-física. Ahora que todos estamos conectados, vienen otros obstáculos.Ahora lo que estresa en general es la exigencia de procesar el gran volumen de información al que estamos expuestos. Desde que comenzó a escribirse la historia de la humanidad nunca ha habido tanta información.En la era digital, la cuestión pasa por saber en qué medida este cúmulo de datos es digerible. Los expertos coinciden en que la actual sociedad, tan orgullosa de las TICs (tecnologías de la información y de la comunicación), sufre una patología por exceso: la intoxicación informativa.Asociada a la cual aparece la ansiedad informativa, o infomanía, que se caracteriza por la búsqueda constante de estímulos informativos, que no se satisface sino con más datos.La explosión de las redes sociales, la fotografía y el video digital, el auge de la telefonía móvil, el e-mail y la navegación web, revelan la existencia de un entorno humano hiperexcitado.Paralelamente, los expertos están advirtiendo ante una nueva situación enojosa, que aumenta la tensión psico-física, provocada por la lentitud de las computadoras: el "Síndrome del Reloj de Arena".Dicho síndrome podría formularse así: ante un desempeño de las computadoras inferior al esperado los usuarios sufren un alto grado de estrés. A esta conclusión llegó un relevamiento encargado por Intel, un gran fabricante de microprocesadores.Según la investigación, al síndrome lo sufren ocho de cada diez adultos en Estados Unidos. Además, el 61% de los encuestados por el estudio admitió haber gritado o maldecido si su equipo no pudo cumplir con sus exigencias.La irritación ante computadoras "lentas" la pueden padecer individuos que tienen trastorno de personalidad, según explicó a Clarín Harry Campos Cervera, miembro titular de la Asociación Psicoanalítica Argentina."Son personas que quieren un manejo del tiempo de acuerdo a su voluntad -explica el experto-. Ante la espera se ponen ansiosos, como les ocurre cuando tienen que esperar el colectivo, el tren, o ante otras situaciones. En este caso, la computadora opera sólo como un disparador más que desnuda una condición previa del sujeto", explicó.En realidad, hay toda una serie de fenómenos de este tipo ligados a lo que se conoce como "tecnoestrés". Por ejemplo, cuando todo el tiempo, de modo constante, el celular interrumpe cualquier situación, este ruido en los vínculos y el no poder escapar producen algo de estrés.Ya el investigador canadiense Marshall McLuhan había advertido, sobre todo a propósito de la masificación de la TV, sobre el efecto de los medios en nuestro cuerpo y en nuestra psiquis."Como el masajista, todos los medios trabajan completamente sobre nosotros", decía al querer explicar, con un metáfora, el vínculo físico que se produce entre la tecnología y las personas.El autor de la célebre frase "el medio es el mensaje", nos invitaba a estudiar así las transformaciones e interacciones entre el hombre y la tecnología.Una relación en la cual todo el mundo humano queda afectado; incluso la esfera de la salud mental.
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