OPINIÓN
Contrapunto: Los pros y los contras de la caída de la Ley Ómnibus
Hay que dejar el show político y ponerse a trabajar
Liliana Salinas
Diputada provincial PCP-LLA
Mi opinión es muy particular. Apoyo a un gobierno para el que trabaje muchísimo y al que le va a ir muy bien; confío en la sabiduría de Javier Milei. Sin embargo, hay algunos puntos que no están claros, pero es un proyecto que al analizarlo nos llevará a vivir de otra manera y a reeducarnos y acostumbrarnos a otras reglas de juego. Todo eso ha llevado a que no haya habido acuerdos respecto a la Ley Ómnibus. Creo que estos años de Milei van a tener esta consigna. Es una pena que, por otra parte, se haya puesto a todos los gobernadores en la misma bolsa, cuando Rogelio Frigerio siempre estuvo apoyando la gobernabilidad del Presidente de la Nación.
Me preocupa cómo va a seguir nuestra provincia, cómo va a seguir nuestro gobernador; me preocupa la gente y el conjunto del pueblo, pero confío en quienes nos están gobernando. De hecho, esta semana estamos tratando la Ley de Emergencia en Educación, uno de los puntos claves de la campaña y espero que el Presidente acompañe con los hechos, lo que dijimos antes de ganar. Confío en que se pueda retomar el diálogo, que se bajen los decibeles y la espuma que se ve a diario en los medios de comunicación y en los distintos sectores políticos que tienen representación legislativa. Confío en que los funcionarios y el propio Presidente puedan adoptar una postura de mayor consenso y diálogo porque estamos atravesando un momento muy difícil en la República Argentina que requiere de la actitud reflexiva de nuestros representantes en el Congreso para ir evaluando cada punto del articulado y así lograr sacar adelante una ley que signifique un espaldarazo, fundamentalmente para el pueblo argentino, que es el que necesita tener respuestas inmediatas después de los años difíciles por los que tuvimos que atravesar con el kirchnerismo.
Quizás, como nuestra provincia ha sido un mojón histórico en los albores de la Patria, pueda también ser ejemplo de las formas de hacer política y de esta manera poder avanzar en temas comunes para la población. Desde que se instaló el nuevo gobierno provincial, el diálogo entre los distintos actores políticos es evidentemente notorio, no sólo en el debate legislativo y en el trabajo en comisiones a las que concurren funcionarios provinciales para aportar desde su lugar, sino también con el Gobernador al abordarse, por ejemplo, el tema salarial sobre el que logró consensuar con los distintos gremios estatales para afrontar la problemática sin conflictos. Estas muestras que ofrece nuestra provincia deberían ser tenidas en cuenta por la dirigencia política nacional y empezar a dejar de lado las aspiraciones personales y partidarias para privilegiar los métodos que nos lleven hacia el bien común y, también, al crecimiento y desarrollo del país.
Lamentablemente, en el ámbito mediático, en especial en la televisión nacional, asistimos a posturas que están más relacionadas con un show de legisladores y funcionarios que, lejos de esclarecer los temas puntuales que la población quiere conocer y discutir, sólo exponen debates que nada tienen que ver con lo que el momento requiere. Por eso, también, es importante hacer un llamado a la reflexión a los grandes medios de comunicación masiva para que el enfoque periodístico tienda a reflejar de manera responsable cada uno de los puntos del contenido del proyecto. En Entre Ríos, sabemos de la seriedad y responsabilidad de nuestro periodismo que está exento de este reclamo. Los tiempos están cambiando, pero hay muchos que aún no se han dado cuenta y continúan con posturas desde la política y la prensa, que poco aportan para esta nueva causa que representa la última oportunidad que tiene el país para ponerse de pie hacia su propia comunidad y dentro del concierto internacional.
La intención del Gobierno Nacional sigue siendo la misma
Laura Stratta
Diputada provincial
La Ley Ómnibus es una receta de ajuste feroz y de empobrecimiento como otras que ya hemos conocido en diferentes momentos de la historia argentina. Es una herramienta mediante la cual el Estado abandona sus funciones esenciales en favor de los actores de la economía concentrada y cuya condición de posibilidad es la vulneración del sistema republicano de gobierno.
Las y los legisladores del justicialismo entrerriano lo dijimos hace dos semanas apoyando el voto negativo de los diputados nacionales de nuestro espacio al proyecto conocido como “ley Bases” en el Congreso Nacional. Sabíamos que vulneraba claramente la división de poderes del sistema republicano, y que constituía además una carta en blanco para seguir aplicando políticas que afectan a toda la población. Ya en el debate legislativo, la impericia y la soberbia del oficialismo precipitaron la caída del proyecto, cuando los aliados del sector gobernante decidieron no acompañar algunos aspectos de ese mega proyecto que establecía cambios en materia económica, impositiva, financiera, energética, sanitaria, administrativa, electoral, previsional, social, educativa y de seguridad.
Cambios que significaban un claro atropello a los derechos de los ciudadanos y también la vulneración de las autonomías provinciales; en un marco en el que las privatizaciones, el blanqueo de capitales, la legalización de la informalidad laboral, la instauración de un régimen impositivo excepcionalmente favorable para los grandes grupos económicos, la reducción de los tributos progresivos o la liquidación del Fondo de los jubilados, la privatización de las empresas públicas y la autorización sin límites del endeudamiento externo daban forma a un esquema de empobrecimiento de los grandes sectores de la población argentina.
El oficialismo decía que se trataba de una ley imprescindible para fundar una nueva Argentina, y basaba este esquema en la delegación por parte del Poder Legislativo de facultades extraordinarias a Javier Milei para que legisle mediante DNU y sin control del Congreso. Buena parte de esa delegación de facultades llegó a aprobarse antes de que la iniciativa naufragara, mientras afuera del Congreso se reprimía bárbaramente a quienes se manifestaban contra ese proyecto.
No fue la oposición sino los aliados del gobierno nacional quienes señalaron que el tratamiento de la Ley Bases se frustró por el desconocimiento, la impericia y la soberbia del oficialismo; tras lo cual esos dirigentes aliados fueron objeto de agresiones por parte de Milei y de otros miembros del staff de las fuerzas del cielo. Caído el proyecto, como si se tratara tan solo de una estrategia discursiva en redes sociales, el presidente Milei y su equipo adoptaron una postura revanchista anticipando que “ahora sí” sufriremos en “ajuste en serio”.
Las primeras medidas para disciplinar a los díscolos se fueron conociendo, como la decisión elimina el Fondo Compensador del transporte de pasajeros para las provincias, una decisión adoptada el jueves que tendrá un alto impacto en el encarecimiento de las tarifas. Un nuevo y duro golpe al bolsillo que afecta especialmente a trabajadores, estudiantes y jubilados, la población que más necesita que el Estado equilibre la balanza para poder subsistir.
Milei y su gobierno castigan a los gobernadores que no acompañaron -vía el voto de sus diputados nacionales- algún aspecto de su proyecto, pero ese castigo va contra los ciudadanos. Del mismo modo que el presidente y sus funcionarios no consideran a las provincias como generadoras de trabajo y riqueza, sino que las tratan como parasitarias del Estado Nacional; tampoco respetan el voto popular que designó a los integrantes del Congreso o a las autoridades provinciales.
Más allá de la conducta de los gobernadores aliados -de los pretendieron quedar al margen de los recortes negociando su apoyo, o de los que avalaron la norma - para los funcionarios del presidente Milei son todos vasallos a los que hay que presionar y extorsionar.
La Ley Ómnibus, el mega DNU del mes de diciembre, la devaluación inicial del 120% que afectó a todos los argentinos disparando una suba descontrolada de precios, son parte de un mismo plan de empobrecimiento que en nombre de la libertad que cada día hace más difícil la vida en nuestro país. El modelo que se busca consagrar es el de país vulnerable, dependiente e injusto.
Aunque el proyecto de ley no vuelva al Congreso, la situación es de enorme preocupación, porque el gobierno de Milei buscará alcanzar los objetivos del DNU y de la Ley Bases asfixiando a las provincias, vulnerando los derechos de millones de argentinos y sometiéndolos a un mayor empobrecimiento.