Crisis agraria y nueva oligarquía
La persistencia de la protesta rural revela la difícil situación del sector y delata que nada ha cambiado en los últimos siete años porque no hay política agropecuaria. Los pequeños se funden y los grandes se fortalecen. Mario Alarcón Muñiz "Nuestra gente de campo sigue abriendo surcos de penurias y frustraciones por encima de los manejos, trenzas y candidaturas, únicas cuestiones que desvelan a quienes deben aportar soluciones", comentábamos hace un mes en esta columna. Hoy las candidaturas ya han sido resueltas. Las elecciones están en marcha. Dentro de un mes votaremos. No elegiremos nada. Sólo candidatos. Las definiciones se producirán recién el 25 de octubre Pero el barullo aturde y extravía.Por lo pronto no deja escuchar el reclamo del campo. Los pequeños y medianos productores volverán a manifestarse públicamente el viernes próximo, cuando se cumplan siete años del rechazo parlamentario de la recordada resolución 125 que pretendía imponer las retenciones móviles.Aún guardan esperanzas de ser escuchados. Desde principios de junio vienen expresando sus preocupaciones e intensificando sus reclamos. El 8 de ese mes, 13 entidades del agro (las 4 tradicionales de la mesa de enlace más otras 9 vinculadas a la producción primaria)constituyeron en Entre Ríos un comité de crisis. Su primera decisión consistió en solicitar de inmediato una audiencia al gobernador.En ese momento Urribarri estaba muy ocupado eligiendo candidatos, borrando a unos cuantos e inscribiendo a los de su gusto, hasta concejales, como sucedió en Paraná. Era más urgente reunirse con el arquero de Patronato, Sebastián Bértoli (afiliado radical, según se supo), para ponerlo de candidato a concejal, que recibir a los laburantes del campo.No obstante, los atendió. Con una demora de 20 días les abrió las puertas de su despacho. En esa audiencia del 29 de junio, el gobernador admitió los problemas que presentan los sectores agrícola, tambero y arrocero, prometiendo realizar gestiones en Buenos Aires al día siguiente. Los plazos apremiantesDe los resultados de tales trámites nada se ha informado hasta hoy. Sólo se sabe que al día siguiente de aquella audiencia, el comité de crisis fue recibido por los ministros de Economía, Diego Valiero y de la Producción, Roberto Schunk. Los funcionarios informaron acerca de medidas para facilitar el pago de deudas por el impuesto inmobiliario y un proyecto de ley reduciendo el gravamen a los ingresos brutos, pero sólo a productores "prestadores de servicios".El gobierno no entiende que ciertos plazos del campo son irreversibles y apremiantes. El trigo, por ejemplo, no puede esperar más. Lo han señalado los agricultores en varias concentraciones realizadas en las últimas semanas, las más recientes el pasado miércoles en el acceso al túnel subfluvial y en el Km. 53 de la autovía 14. Los ministros Valiero y Schunk prometieron medidas para financiar la siembra, pero nada concreto se conoce hasta hoy, dos semanas después de aquel encuentro."Todo el arroz está guardado, no se puede exportar; con el trigo y el maíz pasa lo mismo y el que necesita vender lo hace a precios de quebranto", reseñó el dirigente de la Federación Agraria Argentina, Alfredo Bel.Desde otro ángulo de la producción, coincidió con ese punto de vista el presidente de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos, Juan Borsotti, "El pequeño y mediano productor está totalmente desfinanciado y se encuentra hipotecando sus campos para poder trabajar", describió. Métodos de la oligarquía Han pasado siete años del conflicto por las retenciones y el enfrentamiento del gobierno y el campo subsiste. En realidad las retenciones fueron un pretexto o en todo caso una pantalla. De manera muy primaria se pusieron de manifiesto antiguos rencores, que quizá hubiesen encontrado cierta explicación hace 70 años, no en el siglo XXI. Aquella "oligarquía ganadera" ha desaparecido. En todo caso pueden quedar resabios de costumbres en una ínfima minoría que no gravita en la vida nacional. Pero el oficialismo, insistente en su postura de mirar para atrás, encuentra allí el enemigo y apunta al campo.Los resultados están a la vista La Argentina ha perdido sitios de privilegio en la producción y exportación de carnes y granos. Brasil, Uruguay y Paraguay ya superan a nuestro país. A esto lo indican todas las estadísticas conocidas. Es el resultado del rencor.En realidad la oligarquía sigue gobernando. Sucede que es otra oligarquía, de rasgos muyparecidos a la de los años '30 ó '40. Saca y pone candidatos a su antojo, negocia en la trastienda, hace muy buena plata de muy mala manera, si un juez le incomoda lo manda al archivo y cuando le golpean la puerta no abre. Métodos de la antigua oligarquía.Presenta sus variantes, desde luego. La más notable consiste en decir una cosa y hacer lo opuesto. Por lo general se le denomina hipocresía. A tal punto que en nombre de la "redistribución de la riqueza" acosa a los que trabajan el campo y beneficia a quienes especulan. De esa manera hay cada vez menos productores y más grandes propietarios. Al amparo oficial, compran a los chacareros que no pueden más. Ahí está el fondo de la cuestión.Y ni hablar de Monsanto, Singenta, Cargill y otros poderosos consorcios similares que actúan a la sombra del gobierno. A ellos nos referiremos en una próxima oportunidad.
ESTE CONTENIDO COMPLETO ES SOLO PARA SUSCRIPTORES
ACCEDÉ A ÉSTE Y A TODOS LOS CONTENIDOS EXCLUSIVOSSuscribite y empezá a disfrutar de todos los beneficios
Este contenido no está abierto a comentarios