EDITORIAL
¿Cuál es el mensaje de las elecciones provinciales?
El puñado de elecciones provinciales que ya tuvieron lugar, y que revela en todos los casos un triunfo de los oficialismos, ¿refleja acaso una tendencia nacional de cara a las próximas presidenciales?
El peronismo acaba de ganar cómodamente, este domingo, en aquellos distritos donde gobierna. Obtuvo amplios triunfos en Tucumán, Entre Ríos y Misiones, y los operadores políticos hacen la lectura de que se trata de una nueva derrota del gobierno de Cambiemos. Sin embargo, la coalición oficialista también obtuvo victorias cómodas donde venía gobernando, como Jujuy y Mendoza, así como hace poco ganó en Corrientes, en una elección legislativa. En Chubut, en tanto, también ganó el oficialista Mariano Arcioni, vinculado al Frente Renovador, espacio que encabeza Sergio Massa. Vistas así las cosas, las elecciones provinciales están mostrando un panorama complejo y para muchos, desconcertante. Los resultados dan mensajes equívocos que serán leídos en forma interesada por las distintas fuerzas que competirán en las próximas elecciones nacionales. Los dirigentes que postulan la fórmula Alberto Fernández-Cristina Fernández de Kirchner para la presidencia, aseguran que los triunfos territoriales del peronismo vaticinan una victoria rotunda de ese binomio a nivel nacional. Desde aquí se especula que existe un voto bronca o de rechazo a las políticas económicas de Mauricio Macri, que se extiende a lo largo y ancho del país, con lo cual la suerte de ese último ya estaría echada. Sin embargo, ¿cómo se explica que Cambiemos gane en provincias y municipios donde viene gobernando? ¿Por qué allí no se verifica el mentado voto bronca? ¿Cómo se entiende? La respuesta que dan algunos analistas políticos, como Joseph Napolitan, es que “cada campaña es diferente”, es decir que cada contexto, cada candidato, cada resultado, es diferente según el lugar y el tiempo. En su opinión, tomar la parte como representativa del todo es un error casi idéntico al de tomar el todo como explicativo de las partes. Algo parecido insinuó el peronista Juan Schiaretti, quien al ser reelegido hace poco como gobernador de Córdoba, sostuvo que en su provincia los ciudadanos suelen votar “distinto” para “presidente, gobernador o intendente”. A primera vista, los oficialismos están mostrando su tradicional peso a la hora de buscar las reelecciones. ¿Significa esto, acaso, que los cambiemitas Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal reelegirán en Ciudad y Provincia de Buenos Aires respectivamente, en las elecciones de octubre próximo, los dos distritos con más caudal de votos del país? Ésa es la expectativa que tienen en Casa Rosada, donde suscriben la tesis de que las elecciones territoriales están demostrando que la gente vota al partido gobernante. “Todos los oficialismos hoy están arriba del 55%”, afirman desde aquí. “Son elecciones locales”, repiten desde el gobierno de Macri, donde se afirma que hasta el momento ganan los oficialismos a nivel provincial y municipal, con algunas diferencias en sus armados, pero con la misma lógica comarcal. En suma, hasta el momento las contiendas celebradas en las provincias introducen dosis de incertidumbre en las estrategias de los espacios que disputarán las presidenciales en agosto y octubre. ¿Se verificará, como creen algunos, que el país se volverá a polarizar entre una fórmula peronista-kirchnerista y una de Cambiemos? ¿O habrá una tercera opción que romperá con la polarización?
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