Cuando la meta es la educación
Desde hace 10 años, Unicef organiza la Carrera por la Educación, una movida en la que, más allá de recaudar fondos para sostener los proyectos que tiene en todo el país, logra instalar el tema en el medio de las familias.A la misma hora en que se viralizaba la tragedia ocurrida durante el recital del Indio Solari, una marea humana (otra, diferente de la que a la madrugada había hecho pogo en Olavarría) ocupaba los bosques de Palermo, en Buenos Aires.Los organizadores dicen que este año, en la 10 edición de la Carrera por la Educación de Unicef, hubo casi 8.000 corredores inscriptos para participar de los circuitos de 2 y 10 kilómetros, y que gracias a eso se recaudaron más de 3.580.000 pesos para los proyectos que la organización tiene en todo el país.Simplemente cifras. Quienes han tenido la suerte de estar ahí saben que la calidad de lo que pasa ese domingo a la mañana excede largamente cualquier cantidad, por imponente que parezca.El "mundo runner" -eso de correr- que se ha vuelto una moda creciente en los últimos años, puede resultar inentendible para quienes nunca practicaron un deporte en el que lo que cuenta, básicamente, es el desafío y la superación personal.Las bondades físicas y psicológicas de la práctica han hecho que los corredores y las carreras se hayan multiplicado de manera exponencial en el último tiempo.Algunos eligen salir a correr para estar en forma, bajar de peso o participar de maratones. Otros practican el deporte como hábito saludable sin intenciones de competir. Dicen que sólo buscan reducir el estrés, relajarse, pasar un buen momento y dormir mejor.No es exagerado decir que hay ofertas de las más diversas cada fin de semana. Las empresas -sin importar el sector- entendieron que se trataba de una buena herramienta de promoción y llegada a su público -o potencial público- y organizan carreras para todos y todas.Sin embargo, en esa multifacética oferta, la carrera anual de Unicef tiene un condimento especial: hay lugar para TODOS, en el más amplio y generoso sentido de la palabra.Pasan corriendo -o caminando- la madre con el cochecito y su hijo; el señor que trota con su bastón; el que corre con su pierna ortopédica; la que transformó a sus brazos en los motores de su cuerpo y empuja con alma y vida la silla que la llevará hasta la meta; la abuela que comparte con su nieto un rato de ese domingo...La convocatoria une y unifica a todos. Lo que cuenta es la participación porque el aporte va más allá del disfrute personal.Esta vez la convocatoria de la movida que une el deporte y el compromiso por los chicos, y que busca alertar sobre la necesidad de una escolaridad de calidad y fortalecer los proyectos que Unicef lleva adelante en todo el país se hizo bajo el lema "Terminar la secundaria es un derecho para todos. ¡Esa es la meta!". Tarea pendienteSegún datos oficiales, en nuestro país sólo el 45,4% de los chicos que ingresa a la secundaria logra completarla, y se calcula que hay más de medio millón que ni siquiera estudia.A pesar de los avances alcanzados, la escuela secundaria presenta múltiples desafíos. Entre otros, reducir las brechas en acceso y terminalidad, dice Cora Steinberg, especialista en Educación de Unicef."Es fundamental articular diferentes estrategias pedagógicas para ampliar las oportunidades de aprendizaje de todos los adolescentes. La meta es que todos puedan completar la secundaria y egresar con saberes que les permitan continuar sus estudios, insertarse en el mercado de trabajo y ejercer una ciudadanía plena", sostiene Steinberg.La experta detalla luego que existen dos tipos de factores que permiten explicar por qué los adolescentes no finalizan la secundaria."Por un lado están los factores extra escolares, aquellas situaciones vinculadas al entorno social y territorial de origen de las familias de los estudiantes. Y por otro, están los factores escolares, aquellos aspectos vinculados a la escuela y las propuestas educativas que reciben."Según la Encuesta sobre Condiciones de Vida de la Niñez y Adolescencia desarrollada por Unicef, el 14% de los adolescentes de entre 15 y 17 años dejaron inconclusos sus estudios para ingresar al mercado laboral; 8,8% lo hicieron por dificultades económicas para sostener la cursada, comprar libros o pagar el transporte; y 11,3% por una situación de embarazo o de cuidado de algún hermano o hijo menor. En tanto, un 29,6% de jóvenes encuestados afirmó haber abandonado la escuela "por no considerarla necesaria o por no gustarle".Entre las razones que explican "una escuela poco atractiva para los chicos" figuran: la organización de materias por disciplina, que plantea conocimientos de forma fragmentada y dificulta la construcción de aprendizajes profundos; los contenidos que en muchos casos resultan descontextualizados para los estudiantes; y las estrategias de enseñanza que suelen centrarse en la repetición de información sin promover un procesamiento más profundo y activo por parte de los estudiantes.La idea que se concretó en Buenos Aires por décima vez, tendrá su cuarta edición en Rosario el próximo domingo 26 (y el debut de Córdoba en abril), con largada en el Monumento a la Bandera, donde 5.000 corredores se sumarán a la iniciativa solidaria.Al igual que en la Capital, para que nadie de la familia se quede afuera, habrá dos modalidades: 10 km competitivos y 2 km participativos.Pero definitivamente son detalles. Es cierto que hay podio, se entregan copas y medallas, se aplaude a los que formalmente obtienen el primer, segundo y tercer puesto en las diferentes categorías, pero la carrera de Unicef es rara: todos se van convencidos de haber ganado. Qué es Unicef Unicef (por sus siglas en inglés, Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) es la agencia de Naciones Unidas que tiene como objetivo garantizar el cumplimiento de los derechos de la infancia.La Convención de los Derechos del Niño es la ley fundamental sobre la que basa todo su trabajo. Fue creado en 1946 por la Asamblea General de la ONU para responder a las necesidades más urgentes de la infancia en Europa que, tras la Segunda Guerra mundial, se encontraba en una situación precaria.Sus primeros programas brindaron ayuda de emergencia a millones de niños y niñas de Oriente Medio, China y Europa. Desde entonces la protección de todos los niños sin distinción de raza, credo, nacionalidad o religión se convirtió en una misión universal que ya tiene más de 50 años de historia.Hoy Unicef trabaja en más de 190 países y territorios para ayudar a los niños a sobrevivir y avanzar en la vida desde la primera infancia hasta la adolescencia, es el mayor proveedor de vacunas a los países en desarrollo, apoya la salud y la nutrición de la infancia, el agua y el saneamiento adecuados, la prestación de educación básica de calidad y la protección de los niños contra la violencia, la explotación y el sida. Está financiado en su totalidad por las contribuciones voluntarias de individuos, empresas, fundaciones y gobiernos. Si querés conocer más sobre Unicef y su trabajo, podés consultar la página www.unicef.org
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