Del Código Civil y nuestro estilo de vida
En estos días, hemos escuchado —y seguramente leído también— acerca de "la reforma al Código Civil". Pero, ¿qué es el Código Civil? Es un texto que reúne lo establecido por ley para el ordenamiento de la vida civil de un Estado aplicable a personas, bienes, sucesiones, obligaciones y contratos.Monseñor Jorge Lozano*EspecialEn estos momentos se está tratando su modificación en la Cámara de Diputados con los aportes de los distintos sectores que componen nuestra sociedad.Los obispos argentinos, como Iglesia que forma parte de esta sociedad, hemos hecho pública nuestra manera de ver esta posible reforma, en el mes de abril en unas "Reflexiones y aportes sobre algunos temas vinculados a la reforma del Código Civil".Durante esta semana, reunidos en Comisión Permanente, elaboramos un mensaje que llamamos "El Código Civil y nuestro estilo de vida" en el que puntualizamos algunos conceptos que quisiera compartir con ustedes.Gozamos como pueblo de un don grande: nuestra Patria. Ante ella tenemos un deber ciudadano indelegable que asumir: participar en el debate.Una reforma al Código "afecta nuestra cultura y nuestra vida cotidiana", nos presenta cómo nos concebimos como sociedad y cómo seremos en el futuro. "Podríamos afirmar: dime cómo legislas y te diré qué sociedad deseas".Persona, vida, familia, dignidad de la mujer, herencia, identidad de los hijos concebidos en laboratorios, concepción de hijos de personas muertas, son algunos de los conceptos que deben ser analizados de manera completa e integral debido a las serias consecuencias que las reformas puedan ocasionar.Con todo lo positivo que muchos de los cambios conllevan, creemos necesarias "la realización de audiencias públicas en cada provincia" para reafirmar una auténtica presencia federal de opiniones en la construcción de los cambios. Así como también escuchar las voces de "academias, colegios profesionales, universidades, iglesias y otras personas e instituciones que con toda razón vienen pidiendo que a la discusión en el Congreso se le otorgue todo el tiempo que sea necesario".Vemos también que si no escuchamos todas las voces: "algunos seres humanos en gestación no tendrán derecho a ser llamados 'personas' la maternidad y la paternidad quedarán desfiguradas con la denominada 'voluntad procreacional' se legitimará la promoción del 'alquiler de vientres' que cosifica a la mujer y el congelar embriones humanos por tiempo indeterminado, pudiendo ser éstos descartados o utilizados con fines comerciales y de investigación se discriminará, en su derecho a la identidad, a quienes sean concebidos por fecundación artificial, porque no podrán conocer quién es su madre o su padre biológico los cónyuges que se unan en matrimonio no tendrán obligación jurídica de fidelidad ni tampoco de convivir bajo un mismo techo; los lazos afectivos matrimoniales quedarán debilitados y desvalorizados".Muchos se preguntarán: ¿Y a la Iglesia por qué le importa el Código Civil? Porque "la justicia de las leyes y de las acciones de gobierno tienen su fundamento en valores objetivos, que el hombre puede conocer guiado por su razón". Y la fe acompaña a la razón para ir descubriendo con claridad cómo queremos vivir.Muchas de las reformas propuestas nos interpelan como cristianos. "Recordemos que no todo lo científicamente posible es éticamente aceptable."Confiamos en la libertad de conciencia de los legisladores y en su nítida convicción de seguir construyendo nuestra Patria "fieles a la herencia y a las tradiciones".Conocernos y reconocernos en nuestra profunda identidad argentina es una oportunidad generosa que nos regala la historia para seguir conectándonos con nuestras conciencias como pueblo.* Oispo de Gualeguaychú y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social
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