Desde prevención hasta estadíos terminales
Dada la ya científicamente comprobada deficiencia de acetilcolina (neurotransmisor responsable de los mecanismos de la memoria y de otras funciones cognitivas) en la Enfermedad de Alzheimer, se ha probado la eficacia de fármacos anticolinesterásicos, que poseen una acción inhibidora de la colinesterasa (enzima encargada de descomponer la acetilcolina).Dr. Julio ZarraEspecial para El DíaAsí la acción de ésta nueva generación de fármacos, al inhibir la enzima colinesterasa, tienden a aumentar los niveles de acetilcolina, generando así una mejoría en la función colinérgica, redundando sobre un beneficio en la memoria y toda la función cognitiva en general.También contamos con otros fármacos que intervienen en lo que sería la regulación de la neurotransmisión glutamatérgica (acción sobre el glutamato).Con la acción de estos fármacos, no sólo se ha logrado mejorar la función cognitiva y ejecutiva cerebral en la enfermedad de Alzheimer (retardando la progresión de sus síntomas), sino que también han logrado mejorar síntomas que se expresan en la conducta del enfermo, como apatía, desgano, disminución de la iniciativa y descenso del estado de ánimo, mejorando así la calidad de vida de los pacientes.Sin embargo, a pesar de las importantes mejorías de muchos enfermos a partir de estos medicamentos, hoy, año 2011, debemos admitir que hasta el momento actual no existe nada que nos proponga la cura de la enfermedad, es decir la remisión sintomática con la vuelta a la normalidad.Por ahora, a pesar de los denodados esfuerzos de la Ciencia y de la Investigación, debemos conformarnos con el retardo en la progresión de los síntomas y en el mejor de los casos, con detener el progreso de la enfermedad, que estos valiosos tratamientos farmacológicos nos ofrecen. Actualmente existen varias nuevas moléculas en desarrollo, en distintas fases de investigación, pero todavía sin resultados concluyentes que permitan su comercialización en el mercado mundial.Estos fármacos anticolinesterásicos, propuestos y aceptados por la F.D.A. (Food and Drug Administration) de USA, para el tratamiento de las distintas etapas de la Enfermedad de Alzheimer, aunque suelen tener respuestas variables, en que el grado de su eficacia puede ser diferente para cada paciente y todavía no existe un número suficiente de casos documentados y comprobados que pudieran haber detenido totalmente el proceso degenerativo cerebral, es con lo único que podemos contar para intentar retardar el avance del proceso, ya que en todos los casos de los estudios de investigación de estas drogas, el principio activo del fármaco ha sido siempre superior al placebo (medicamento suministrado sin una acción activa sobre la enfermedad: cápsula vacía o comprimido de agua destilada o de azúcar, etc.)El primer fármaco anticolinesterásico o inhibidor de la colinesterasa comercializado fue el clorhidrato de Tacrina, hoy retirado de venta por su toxicidad sobre el hígado. Fármacos aprobados Actualmente los fármacos en que se ha comprobado su eficacia y seguridad, en la Enfermedad de Alzheimer, son el Donepecilo, la Rivastigmina y el de última aparición y más completo (por su doble mecanismo de acción) Galantamina.De acuerdo a los estudios que avalan su uso, los tres presentan similares resultados en cuanto a su eficacia y a su perfil de seguridad y efectos adversos. Quedando así a criterio del investigador o dependiendo de la experiencia clínica del médico tratante, cuál de ellos se elegirá en cada paciente.Los efectos adversos más comunes suelen ser a nivel gastrointestinal: nauseas y vómitos, diarrea, anorexia y malestar dispéptico en general. También pueden ocasionar cefalea e hipotensión ortostática (mareo o pérdida de la estabilidad al incorporarse - pararse - repentinamente).También existe otro fármaco de una familia diferente, que se lo usa con comprobada eficacia, la Memantina, de un mecanismo de acción distinto al del grupo anterior y que bloquea los niveles elevados de glutamato elevados patológicamente, que pueden ocasionar una disfunción neuronal (el mal funcionamiento de la neurotransmisión glutamatérgica contribuiría a la progresión de los síntomas hacia una demencia neurodegenerativa). Otros de dudosa eficaciaCualquier otro fármaco que se use para la enfermedad de Alzheimer en la actualidad, seguramente ya está en desuso en el mundo, por falta de eficacia, falta de estudios de investigación concluyentes sobre su seguridad y eficacia o simplemente por carecer de toda racionalidad científica. Por ejemplo, la Idebenona, obtenida por bioingeniería molecular, sintetizada en Japón en el año 1986, por el Laboratorio Takeda, y difundida por el marketing de la Industria Farmacéutica como un "poderoso antioxidante" (anti envejecimiento y energizante celular), si bien es un buen análogo de la Coenzima Q-10 (antioxidante natural que se encuentra en las células del organismo) nunca logró demostrar ser eficaz en la Enfermedad de Alzheimer, por lo que en el mismo Japón se la retiró de venta, continuándose su comercialización en nuestro país y usándose todavía por muchos médicos argentinos, hasta el día de hoy, para la Enfermedad de Alzheimer."Vendido durante cerca de diez años en Japón para trastornos cognoscitivos seniles, Idebenona fue retirado del mercado en 1998 por motivos, según Takeda, de eficacia insuficientemente mostrada en esta indicación. A la continuación de esta decisión de las autoridades Japonesas, Takeda suspendió la producción de la síntesis del principio activo del medicamento. De todas formas, Idebenona ha continuado siendo comercializado con la misma indicación terapéutica en Italia y en ciertos países de América Latina".También como ejemplo, entre tantos otros, es el de la Vitamina E, identificada desde 1922, y actualmente comercializada como "antioxidante cerebral", se descubrió hace muchos años sus generosas propiedades antioxidantes en el cerebro de las ratas y se la propuso para los mismos fines en humanos, salvando la diferencia que el tubo digestivo humano bastante poco tiene que ver con el de la rata y que las personas jamás podrían absorber una dosis "antioxidante" equivalente a la que absorbe la rata. Entonces, la vitamina E, claro que es un buen antioxidante, pero en el cerebro de la rata. Y así muchos ejemplos más, de drogas que se comercializan y lo que es peor aún, que son indicadas por los médicos para tratar a la Enfermedad de Alzheimer, de comprobada ineficacia en la actualidad. Tratamientos no farmacológicosDeben considerarse como importantes, además de los tratamientos farmacológicos, los tratamientos de rehabilitación cognitiva: ejercitación de la memoria mediante ejercicios lúdicos, en grupos de talleres conducidos por profesionales, o individuales con un laborterapista o acompañante terapéutico con entrenamiento en rehabilitación neurocognitiva, o el/los mismos familiares del paciente, que con la preparación que los profesionales o los grupos de autoayuda (asociaciones de lucha contra el mal de Alzheimer) proporcionan, pueden ayudar enormemente a que el paciente tenga siempre su memoria en uso, en la medida de sus posibilidades.
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