EDUCACIÓN
Después de años de reclamos, empezaron las obras para la construcción de tres aulas en la Escuela N°66

Su directora Estela Lemes, reconocida a nivel nacional por su lucha contra las fumigaciones de las escuelas rurales, se mostró “muy contenta” y habló de este y de otros proyectos, como el SUM y la ampliación del comedor.
“Después de muchos años de insistir y hacer diferentes gestiones, las obras para la construcción de tres nuevas aulas comenzaron”, informó a Ahora ElDía Estela Lemes, directora de la Escuela Rural N°66 “Bartolito Mitre”, ubicada en Costa Uruguay Sur.
Y sí que pasó tiempo para que esto suceda. Fue en 2015, cuando la institución educativa se convirtió en la primera escuela NINA rural de la provincia (de jornada completa), que desde el gobierno de Entre Ríos se tomó el compromiso de la ampliación. Es que, en ese momento, la 66 pasó de tener 13 alumnos y alumnas a ser 80. El crecimiento fue permanente, tanto que hoy son cerca de 120 los estudiantes.
“En 2016 se hizo un aula, que la hizo la Unidad Ejecutora Provincial, y la dividimos en dos porque la demanda era grande. Igualmente era insuficiente, no alcanzaba, por eso seguimos gestionando. En 2018, iniciamos un nuevo expediente, que durmió un tiempo. Hasta que el año pasado, ya cansados de esperar, volvimos a enviar una nota para que entiendan lo que realmente nos pasa: la escuela tiene mucho amor para dar, muchos chicos y poco espacio”, sintetizó Lemes.
Tras ese último pedido, se armaron los pliegos y se llamó a licitación. El 8 de marzo pasado, finalmente, se abrieron los sobres y una empresa de Paraná fue la ganadora. Hace un par de semanas comenzaron los trabajos en el patio delantero de la escuela y la firma que está a cargo cuentan con 180 días para finalizar el trabajo. “Tuvimos que sacar dos árboles, pero, afortunadamente con las mismas máquinas que los sacaron los pusieron en otro sector, y hasta ahora se mantienen vivos, afortunadamente”, expresó la docente que está a cargo de la institución desde 2001. Y contó que, además, van a plantar cuatro árboles más: “dos por cada uno de los trasplantados”.
“Las aulas nuevas son grandes, ahí van a ir los cursos de los mayores. Las paredes tienen la posibilidad de correrse y formar, entre las tres aulas, un solo salón. Eso está muy bueno”, reconoció Lemes, quien espera contar con los nuevos espacios para principios de diciembre.
SUM y comedor en camino
Por otra parte, la directora se refirió al proyecto del nuevo Salón de Usos Múltiples (SUM) que trabajan en la institución. “Cuando se hizo la Escuela N°3 nueva, la Tomás de Rocamora, desde la Dirección Departamental nos donaron las arcadas para todo el techo, nosotros ya contamos con las chapas, pero nos faltaría las patas de esa estructura. La idea de contar con un SUM propio es poder hacer nuestros actos ahí, porque hasta ahora los tenemos que hacer en el patio, por la cantidad que somos, y siempre hay viento”, explicó.
“Nuestro mayor deseo es que la escuela vuelva a ser, como lo fue hace muchos años, el centro cívico de Costa Uruguay Sur, porque actualmente eso no se tiene, inclusive la junta de gobierno no tiene un lugar así, donde hacer reuniones, donde los vecinos se puedan encontrar. Esto lo queremos hace mucho y hace mucho hacemos cosas para que suceda. En la Escuela 66 el Padre Jeannot hacía misas, casaba gente, bautizaba, había cumpleaños de quince, de todo. Por eso queremos volver a hacer de ese lugar un lugar de encuentro”, detalló.
Este no es el único proyecto de la Bartolito Mitre, también se pretende ampliar la cocina, ya que allí desayunan, meriendan y cenan, todos los días, 120 estudiantes. “Actualmente, una parte de los chicos come en el comedor y otra en el aula. Necesitamos agrandar la cocina para unificarlos y que compartan la comida todos juntos. Hay que saber que nosotros cada cosa que queremos la gestionamos y no sólo les llevamos el problema a las autoridades, también la solución. En este caso, una persona que es arquitecta nos hizo el plano y eso ya está siendo evaluado en Paraná”, adelantó.
También se siguen de cerca las gestiones para el re enripiado del camino de aproximadamente 10 kilómetros que llega a la escuela. Ese camino se hizo en 1992 y cada vez que llueve se vuelve intransitable para el colectivo que lleva y trae a todo el alumnado. “Cuando llueve los chicos no pueden ir a la escuela directamente y se pierden días de clases”, explicó Lemes. “Vialidad provincial ya recibió la nota en la que pedimos el re enripiado. Porque tenemos el transporte, ahora vamos a tener más lugar para estar más cómodos, pero si llueve no podemos tener clases y vulneramos el derecho de los chicos a estudiar”, cerró la docente.