Dios nos llama a formar un pueblo
Cuando hay que arreglar una casa en ruinas o un tanto deteriorada es importante contar con los planos según los cuales fue construida. Si la casa está en pie y es necesario realizar algunas reparaciones o modificaciones también contar con esos planos nos permite conocer cuáles son las columnas, las paredes principales y las secundarias, y así no equivocar los pasos a dar. Monseñor Jorge Eduardo Lozano Si miramos a la Iglesia como "casa de Dios" (ver I Co 3, 26) también debemos seguir el mismo criterio. En la primera carta de san Pedro se dice que nosotros, cada uno, somos como "piedras vivas" del Templo de Dios. (I Pe 2, 5). Dios nos llama a todos a formar parte de su familia, y todos somos importantes a sus ojos y en su corazón de Padre. Él no quiere vincularse con cada uno de manera aislada, sino que nos llama para formar un pueblo que peregrina dando testimonio de su amor.Durante las últimas décadas se ha ido deteriorando en los cristianos esta conciencia comunitaria de la fe llevándonos a estilos de vida individualistas. Y esto ha derivado también en una pérdida del sentido comunitario de la misión. Muchos se desligan pensando que la tarea evangelizadora es de los que van a misa. Éstos, a su vez, trasladan la preocupación a los cristianos integrados en los grupos de la parroquia o los movimientos, quienes no rara vez descansan en pensar que desarrollar la misión es responsabilidad de los sacerdotes y religiosas. Una manera un tanto cómoda que nos lleva a sacarnos de encima la responsabilidad de cada uno.Francisco conoce muy bien esta tendencia que tenemos del "yo qué tengo que ver" o el "no es problema mío"; en su Exhortación Apostólica mirá lo que te escribe a vos: "En virtud del Bautismo recibido, cada miembro del Pueblo de Dios se ha convertido en discípulo misionero (cf. Mt 28,19). Cada uno de los bautizados, cualquiera que sea su función en la Iglesia y el grado de ilustración de su fe, es un agente evangelizador, y sería inadecuado pensar en un esquema de evangelización llevado adelante por actores calificados donde el resto del pueblo fiel sea sólo receptivo de sus acciones". (EG 120) ¿Qué quiere decir esto? Que no hay jugadores en la cancha y otros miran desde la tribuna o por TV. La Iglesia no está compuesta por actores que hacen todo y espectadores que aplauden o critican a la salida. Y esto va para vos, para mí y para todos los bautizados. Allí arrancó nuestra común responsabilidad y también el gozo que nos une.Evangelizar no es una carga pesada, sino la alegría de compartir una experiencia de encuentro con Jesús que nos plenifica. Por eso sigue diciendo Francisco que "la nueva evangelización debe implicar un nuevo protagonismo de cada uno de los bautizados. Esta convicción se convierte en un llamado dirigido a cada cristiano, para que nadie postergue su compromiso con la evangelización, pues si uno de verdad ha hecho una experiencia del amor de Dios que lo salva, no necesita mucho tiempo de preparación para salir a anunciarlo, no puede esperar que le den muchos cursos o largas instrucciones. Todo cristiano es misionero en la medida en que se ha encontrado con el amor de Dios en Cristo Jesús". (EG 120)Con alegría escuchamos los comentarios esperanzadores acerca de lo que el Papa está haciendo por reformar la Iglesia. Algunos de esos cambios los va haciendo en el Vaticano. Pero otros deben acontecer en tu corazón y en el mío.Volviendo a la imagen de la casa para arreglar, en esa construcción todos tenemos un lugar importante. Ningún bautizado debiera ser un ñoqui de la fe. Contamos con vos.¿Cómo podés evangelizar? Haciendo bien lo que te toca: trabajar, estudiar, jugar... Siendo buen papá o mamá, buena hija o nieto, hermano, amigo... Ayudando a los más frágiles y débiles. Comprometiéndote en causas justas de la sociedad.También podés participar de alguna convocatoria que realicen en tu Parroquia o Capilla para visitar las casas del barrio.Cuando vas a algún santuario acordate de llevar estampitas para tus vecinos o compañeros.No todos estamos llamados a ir a Asia o África para anunciar a Jesús a quienes no le conocen. Pero la misión allí sí es responsabilidad de todos. Podés colaborar con dinero para las obras misionales, y sin dudas que también con tu oración sincera.Cada comunidad cristiana debiera ser un foco de irradiación misionera hacia las periferias geográficas y existenciales, para compartir la alegría de la fe. *Obispo de Gualeguaychú y Presidente de la Pastoral Social del Episcopado
ESTE CONTENIDO COMPLETO ES SOLO PARA SUSCRIPTORES
ACCEDÉ A ÉSTE Y A TODOS LOS CONTENIDOS EXCLUSIVOSSuscribite y empezá a disfrutar de todos los beneficios
Este contenido no está abierto a comentarios