Es la segunda causa de consultas, por alteraciones de la alineación de la columna vertebral, después de la escoliosis. ColaboraciónLic. María Eugenia Ghiglione (*) La enfermedad de Scheuermann o también llamada dorso curvo del adolescente, es un síndrome caracterizado por el aumento de la cifosis torácica, que da un aspecto de encorvado o joroba con la pelvis y los hombros hacia delante. Es un trastorno benigno del crecimiento. Es la segunda causa de consultas, por alteraciones de la alineación de la columna vertebral, después de la escoliosis. No se conoce la causa de esta enfermedad, pero se observa con mayor frecuencia en hombres. Es muy común ver a los adolescentes desgarbados con los hombros oblicuos y caídos, y es cuando se le suele decir "ponete derecho" algo que no alcanza para enderezar una columna. El cuadro clínico se caracteriza por el dorso redondo con o sin dolor asociado, aumento de las lordosis cervical y lumbar, abdomen prominente y pectoral acortado. Cuando están con los chicos de vacaciones, en malla, es una buena oportunidad para observarlos Trabajo programado, la claveCon un diagnóstico y tratamiento tempranos, los resultados terapéuticos (tanto ortopédicos como kinésicos) son excelentes. La estructura músculo-esquelética es el armazón de nuestro cuerpo. Determina la forma, influye en las funciones (circulatorias, respiratorias), condiciona los movimientos. Su deformación también perturba la psiquis del paciente, por las alteraciones estéticas que provoca. Recuperar la armonía de las formas es en realidad algo más que un logro estético, condiciona toda nuestra vida. Para su tratamiento es fundamental el trabajo físico con un programa sistemático de ejercicios que se deben realizar por lo menos hasta una vez terminado el crecimiento; que en las mujeres es aproximadamente a los 16 años y en los varones es a los 18 años. Se realiza un plan de fortalecimiento corrector de la musculatura, especialmente de músculos abdominales, glúteos y de los músculos de la región anterior del tórax, el acortamiento de pectorales es fundamental trabajarlo para lograr disminuir el grado de cifosis. Ejercicios de flexibilización de la columna y de las extremidades en especial isquiotibiales y cuadriceps. Se requiere de un plan de tratamiento que trabaje todo el cuerpo en su globalidad, por lo que la reeducación postural es lo más indicado desde el punto de vista kinésico. El objetivo del tratamiento es evitar la deformidad estructural y estética y resolver el dolor de espalda.En algunos casos, especialmente en los más severos puede ser necesario el uso de aparatos ortopédicos como el corsé de Milwaukee o de Boston, los que se adaptarán convenientemente y se mantendrán hasta el final del crecimiento. La órtesis se puede utilizar debajo de la ropa.Se llevan a cabo controles radiológicos una vez al año para cuantificar la curva y medir la evolución de la enfermedad. La progresión de la curva se demora o se detiene una vez que el niño ha alcanzado la pubertad. Actividad física, complemento idealEl deporte elegido en estos casos debería ser lo más completo posible y con el cual fuera posible ejercitar el conjunto del cuerpo. La simetría (básquet) es siempre mejor que la asimetría (tenis)Lo mejor es reequilibrar el cuerpo con una actividad que permite emplear las partes corporales que no se utilizan normalmente.La agilidad es preferible a la fuerza, así, cualquier disciplina en la cual la flexibilidad sea fundamental debe ser priorizada.La musculación exagerada debe evitarse, por lo que los deportes que necesitan obligatoriamente del desarrollo muscular son los más perjudiciales.Los niños y adolescentes deben practicar actividades variadas. De esta forma, se mejorará su desarrollo general.Cuando los ejercicios de musculación son, a pesar de todo, necesarios, deben realizarse en estiramiento (trabajo excéntrico), los cuales deben realizarse con la asistencia de un profesional en la materia.Es importante destacar que el dorso curvo juvenil posee graves complicaciones, ya que sin un tratamiento adecuado se produce una deformidad inestética, con dolor crónico de difícil tratamiento; en casos severos incluso, con complicaciones neurológicas por compresión medular a nivel del vértice de la curva.La enfermedad de Scheuermann no perdona cuando se la deja avanzar sin un tratamiento adecuado.
(*) Lic. María Eugenia Ghiglione - Licenciada en Kinesiología y Fisiatría- Postgrado en Movilización Articular (Principios de Kaltenborn)- Postgrado en Reeducación Postural de Cadenas Miofasciales.