El ACV, una dolencia que puede ser fatal
El caso de la joven soprano que sufrió un ataque cerebral en plena ópera, ha conmocionado a la opinión pública argentina. Y ha hecho resurgir el interés por esa patología.Florencia Fabris tenía apenas 38 años, era madre de dos hijas, y era una artista en su plenitud. Pero el viernes último en San Juan, en el auditorio Juan Victoria, mientras terminaba de cantar el Réquiem de Verdi, sufrió un accidente cerebro vascular (ACV) frente al público y murió poco después en un hospital mendocino.La noticia ha sido la más leída en todos los portales informativos del país. Entre otras razones porque se suele suponer que un ataque de ese tipo ocurre después de los 50 años.¿De qué se trata el aneurisma, el motivo del deceso de la cantante de ópera? ¿Cómo puede prevenirse? ¿Desde qué edad puede producirse? ¿Cuáles son los factores de riesgo? ¿Cuáles los síntomas?Estos son algunos de los interrogantes que plantea esta patología. El accidente cerebro vascular es provocado por el taponamiento o la rotura de una arteria del cerebro, patología que se conoce como aneurisma."La presión sanguínea hace un globo, la sangre sale de la arteria e irrumpe en el tejido cerebral", precisa Cristian Fuster, jefe de Neurocirugía de la Fundación Favaloro, en diálogo con Infobae.En la página del Ministerio de Salud de la Nación se indica que el aneurisma "es una causa muy frecuente de muerte y la primer causa de invalidez en los adultos y adultos mayores".Fuster sostiene que aunque hay personas que logran sobrevivir a estos ataques -algunos con secuelas, como dificultades para hablar o entender, parálisis corporal, etc.- en un 20% los casos suelen ser fatales.El profesor de medicina del Hospital Italiano, Luis Camera, explicó que al romperse una arteria la sangre ocupa el espacio del cerebro y esto genera hipertensión. "En algunos casos, estos pacientes pueden ser intervenidos quirúrgicamente con el fin de descomprimir esa inflamación. Lo que ocurrió con la soprano suele ser fulminante y hay muy poco tiempo para poder hacer algo, ya que el sangrado es muy abundante y veloz", indicó.Aunque el ataque cerebral aparece con frecuencia en la adultez, esta patología se expande entre los jóvenes, especialmente en los países menos desarrollados, según le explicó a La Nación el doctor Luciano Sposato, quien al respecto alude a estudios internacionales.Señaló que incluso puede darse intraútero o en el período perinatal. Los especialistas sostienen que la mayoría de las veces los aneurismas son congénitos y no hay forma de prevenirlos.Sólo se pueden eliminar los factores de riesgo que hacen más factible que la arteria se rompa, como el tabaquismo, el alcohol, la hipertensión, la arterosclerosis, la diabetes, el sedentarismo, las drogas y la obesidad.Hay dos tipos de ataques cerebrales, el isquémico y el hemorrágico. El primero se produce cuando se tapa una arteria y no llega sangre a una parte del cerebro (infarto cerebral). El segundo, en tanto, se produce al romperse una arteria dentro del cerebro provocando una hemorragia y dañando el sector donde ocurre.Sposato indicó que la gran mayoría de los aneurismas son asintomáticos. "Muchas personas mueren sin saber que lo tienen. Otros se enteran cuando se rompe", destacó. Aunque hay casos que sí presentan síntomas, como vértigo, entumecimiento de las extremidades, dificultades para hablar o ver, dolor de cabeza no habitual, dificultad para caminar, mareos y confusión general.
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