El desafío de doblegar la informalidad laboral
Es una de las asignaturas pendientes para el futuro: la informalidad sigue afectando a 1 de cada 3 asalariados, pese al crecimiento económico de estos años.Si a esto se le suma la inactividad laboral no deseada, el desempleo y el trabajo autónomo de baja productividad, Argentina tiene por delante un reto económico importante.Se ha dado un salto significativo en este frente si se piensa que luego de la crisis económica 2001/2002, la mitad de los asalariados no estaba registrado. Sin embargo, se cree que es amplio todavía el segmento de los ocupados "en negro", si se lo compara con el crecimiento económico de estos años.¿A qué se debe este contraste? ¿Por qué un tercio de la población económicamente activa trabaja actualmente en actividades informales, si la economía no deja de crecer?Aquí las visiones se bifurcan. Para algunos expertos se trata de uno de los dilemas más urticantes del diseño económico. Porque una cosa es que el PBI crezca, y otra es que lo haga el empleo decente.A veces esas dos variables no se corresponden matemáticamente. Aunque sin crecimiento no hay trabajo formal, se cree que aquel es condición necesaria pero no suficiente.Hay una extendida sospecha de que la economía estaría presentando una deficiente estructura para generar suficiente empleo formal. Investigaciones del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA), por caso, consideran que desde 2008 la reducción de empleos no registrados ha sido modesta.En uno de sus últimos informes, señala que "el 85% de los trabajadores 'en negro' está en empresas con menos de 25 trabajadores", y es aquí donde más allá de la fiscalización del Ministerio de Trabajo, urge una reforma laboral inteligente, aconseja."La enorme cantidad de requisitos formales, administrativos y restricciones que se estipulan en la legislación laboral, los exagerados niveles de litigiosidad y los desproporcionadamente altos niveles de aportes y contribuciones de la seguridad social, hacen que formalizar un trabajo sea una posibilidad sólo para las empresas de alta productividad y mayor tamaño", indica IDESA.El instituto señala que el actual esquema laboral e impositivo hace que las pequeñas empresas, que en general se caracterizan por la fragilidad financiera y la baja capacidad administrativa, se vean empujadas a contratar por fuera de la ley.Es decir, muchas de estas pequeñas empresas hacen de la evasión fiscal su principal recurso de subsistencia económica. En algunas de ellas conviven trabajadores formales e informales, un mecanismo que se utiliza para reducir los costos.Desde el punto de vista de las empresas, la existencia de firmas evasoras conlleva pérdidas de productividad para las empresas formales, estableciéndose una competencia desleal en el mercado.Algunos expertos sugieren evitar aumentos de imposición laboral, si se pretende avanzar en el predominio del trabajo formal. Creen que estos impuestos lo único que hacen es, a la larga, agudizar la informalidad laboral.Del lado de los trabajadores informales, al no estar protegidos bajo un sistema de seguridad social, no pueden evadir los efectos que causan la enfermedad o la pérdida de ingreso en la vejez.El mundo de la informalidad es heterogéneo. Dentro de este segmento, existe una práctica indignante, toda vez que se encuentran actividades que explotan a trabajadores en condiciones que se asemejan a la esclavitud.¿Cómo se hará para incluir a alrededor de 3 millones de argentinos, que son los que estarían en la informalidad laboral, dentro de lo que se conoce como trabajo decente?
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