El desafío provincial de pagar salarios
En declaraciones recientes a la prensa, el ministro admitió la existencia de un rojo de 30 millones de pesos mensuales en las cuentas provinciales, en un contexto de caída de ingresos.
Por mes la Provincia tiene que juntar, dijo, 300 millones de pesos para pagar sueldos, jubilaciones y obra social, pero sólo recauda entre 270 y 280 millones.
Valiero aceptó que “hemos tenido menos ingresos estos meses” y afirmó que “este año arranca con déficit”. De todos modos, aclaró que se aguarda corregir este desfase en los meses siguientes.
Al respecto, afirmó: “Estamos trabajando con el tema de la moratoria, que tienen buen eco. Estos montos ingresarían en abril”.
“También a esta altura debieran ir ingresando los pagos del Inmobiliario Urbano, con las mejoras que los contribuyentes habían declarado en 2008”, dijo al cifrar esperanza en la actualización de los valores catastrales.
Las dificultades financieras del Estado entrerriano ya se venían insinuando en el atraso en los pagos de sueldos y jubilaciones y en el diferimiento a la hora de abonarle a los proveedores.
Para cubrir el bache y poder cumplir con los trabajadores estatales, el gobierno depende cada vez más de las remesas de la Nación o de anticipos de coparticipación de los bancos (en este último caso a través del Fondo Unificado).
Pese al optimismo de Valiero, en el sentido de que se aguarda un mejoramiento del cuadro fiscal, entre otras cosas por la moratoria, persiste la duda financiera sobre la posibilidad real de conjurar el déficit ya instalado en las cuentas.
Una alternativa no deseada es la emisión de cuasimoneda, como los federales creados tras la caída de la convertibilidad, durante el gobierno radical de Sergio Montiel, que supuso la quiebra de la economía entrerriana.
En el gobierno provincial juran que nunca se llegará a ese límite, y afirman que la nueva Constitución de Entre Ríos prohíbe expresamente que se emitan bonos para financiar gastos corrientes.
Algunos especularon al respecto sobre la posibilidad de que la coparticipación del 30 por ciento de las retenciones a la soja, anunciada recientemente, bien podría fortalecer la caja provincial.
Sin embargo, ese dinero de la soja sólo podrá gastarse en construir escuelas, hospitales, cloacas, viviendas o rutas, de acuerdo a los dichos de la primera mandataria.
Como sea, si la recaudación propia del Estado entrerriano no repunta en los próximos meses, se descuenta que el pago a los trabajadores estatales dependerá de la predisposición de la presidente Cristina Kirchner para girar fondos extras.
Por otro lado, varios estudios privados revelan un cuadro asimétrico en el Estado argentino: mientras el grueso de los presupuestos provinciales se va en el pago de sueldos, en el caso de la Nación la masa salarial insume sólo el 13% de las erogaciones.
Pero con la recaudación nacional desinflándose, el gobierno nacional ve cómo con el paso del tiempo su propia “caja” se va achicando. De hecho entre los analistas económicos se ha instalando una obsesión: ¿qué pasará después de junio, tras las elecciones?.
Esa pregunta también es pertinente para el Estado entrerriano, al que cada vez seguramente se la hará más cuesta arriba cubrir sus gastos, si como se cree la economía sigue desplomándose.
Mientras tanto, hoy por hoy está claro que el desafío principal de la gestión del gobernador Sergio Urribarri es el pago de los sueldos.
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