El duelo se extingue y las ambiciones vuelven a aparecer
Tras el impacto de la desaparición física de Néstor Kirchner, el peronismo no sabe bien aún para dónde rumbeará. Y la UCR, trata de acomodarse a ser oposición. Así quedó el escenario: sacudido, aturdido y con destino incierto. Jorge BarroetaveñaEl Día de Gualeguay Néstor Kirchner fue, sin dudas, alguien que dejó huella. Y su presencia quedó marcada a fuego en la política argentina de los últimos años. Por eso el impacto de su desaparición. El golpe y sus consecuencias se van a sentir durante mucho tiempo. Es en ese contexto que hoy se desenvuelve la política argentina y los reacomodamientos de cara al 2.011. Si los primeros días sirvieron para guardar luto y respeto, las urgencias de las ambiciones se cansaron de esperar.Cristina Fernández, ungida por su propio Canciller (Héctor Timerman), como candidata a la reelección el año que viene, no quiere defraudar. El lunes arrancó con un acto en Córdoba, y desde ahí no paró. El viernes retomó sus discursos críticos y agresivos con la oposición y advirtió que el modelo no se negocia, se profundiza. Y se encargó de enviar mensajes claros a su entorno: estando o no al frente del PJ, será ella la que fijará los tiempos y la estrategia para el año que viene. Randazzo y Fernández se encargaron de llamar personalmente a todos los gobernadores e intendentes del Gran Buenos Aires. No habrá colectoras como Néstor quería, porque el objetivo será ampliar la base de sustentación, y conseguir que los que se fueron con críticas, vuelvan con elogios. En la intimidad de Olivos se ilusionan cuando hablan de algunos peronistas disidentes como Solá o Das Neves, o del gobernador de Santa Fe, Hermes Binner. Hasta 'Pino' Solanas volvió a formar parte de los cálculos del oficialismo. Al cabo, de muestra basta un botón, sostienen en el entorno presidencial.Córdoba, provincia díscola si las hay a las ambiciones kirchneristas, ya abrochó su regreso. El lunes, en el lanzamiento del nuevo modelo de Renault, las presencias de Schiaretti (actual gobernador) y José Manuel De la Sota (ex que quiere volver) fue el sello de la reflotada alianza. Es que la política, hasta para el kirchnerismo, a veces no entiende mucho de coherencias ideológicas. En la última elección sus candidatos no llegaron al 10% de los votos, demasiado poco para el tercer distrito electoral de la Argentina y para darle viento a las aspiraciones de reelección. De la Sota, número puesto para volver, ya dio el sí. Irán todos a una interna y el que gane será el candidato oficial.En el Peronismo Federal, tratan recomponer el cuadro. Duhalde, el más golpeado por la desaparición de su archirrival, confirmó que se lanzará formalmente en diciembre. Solá y Das Neves se mostraron más ambiguos, lo que potencia las ilusiones oficialistas de convencerlos para volver al redil. De Narváez se quedó sin su único derrotado el año pasado. Y dirigentes como Romero, Rodríguez Saá o Puerta no alcanzan solos para mover el amperímetro. Reutemann, la única figura capaz de abroquelar a todos, sigue siendo un enigma imposible de resolver. En esos dilemas, el Peronismo Federal deberá encontrar rápidamente una nueva razón de ser, si no quiere terminar diluyéndose en sus propias contradicciones.La UCR bifronte, también se quedó sin tiempo. Lejos parece aquella especulación de Alfonsín y Cobos de esperar hasta agosto del año que viene para una definición. Con Cristina plantada del otro lado, los radicales están más obligados que nunca a emitir mensajes claros y a dirimir quién será el emisor. Alfonsín retomó su campaña esta semana, pero Cobos sigue en silencio. Si la situación del Vicepresidente es incómoda desde la 125, ya se ha vuelto francamente insoportable. Cobos debería definir su renuncia en el corto plazo y lanzarse de lleno a su candidatura. La especulación política de qué es lo que más le conviene, se agotó hace rato, y la desaparición física de Kirchner lo dejó sin alternativas. Quedarse es más perjudicial que irse. La reelecciónEl efecto 'abroquelamiento' en las huestes del PJ que ha producido la muerte de Kirchner, tiene un detalle hasta ahora oculto: siendo reelecta el año que viene, la Presidente no podrá aspirar a un nuevo mandato. Esto abre el abanico de posibilidades a todos los que tienen alguna aspiración de sucederla y deja el camino expedito para cualquier especulación.De todas maneras, la Presidenta deberá enfrentar su último año de mandato, sin el constructor de la agenda, y sin el hombre que se encargaba, con rienda corta, de mantener disciplinados a todos, haciendo equilibrio entre los más peligrosos. Daniel Scioli es clave en esta estrategia. La reunión de más de 90 intendentes de Buenos Aires en La Plata sirvió de bálsamo protector para el gobierno y fue un gesto que nadie podrá dejar de reconocerle al ex motonauta. Con su poder, el bonaerense es el único en condiciones de ponerle coto a Hugo Moyano, la otra pata sobre la que se asienta el poder kirchnerista. Por ese delgado puente deberá pasar Cristina para llegar indemne el año que viene a las elecciones. Claro, en el medio hay que seguir administrando y atendiendo los problemas más urgentes. Grosero error cometería el gobierno si piensa que el envión anímico en el que se transformó la muerte de su líder, le alcanzará para mitigar cualquier cuestionamiento.Boudou, ministro de economía desde hace un puñado de días, poco favor le hace al oficialismo negando infantilmente los niveles de inflación. Sería más lógico sostener que la inflación es funcional al crecimiento económico y a la expansión del consumo. Néstor Kirchner era un negador compulsivo de los flancos débiles, pero coherente. Sólo él podía darse ese lujo, pese a las consecuencias. El resto deberá entender que no hay nadie que pueda suplir esa forma de liderazgo. Ni siquiera la Presidenta.
ESTE CONTENIDO COMPLETO ES SOLO PARA SUSCRIPTORES
ACCEDÉ A ÉSTE Y A TODOS LOS CONTENIDOS EXCLUSIVOSSuscribite y empezá a disfrutar de todos los beneficios
Este contenido no está abierto a comentarios