El escenario más temido en economía
Las devaluaciones compulsivas e imprevistas han generado en la psicología de los argentinos una sensación de enorme inseguridad económica. ¿Acaso se está en víspera de una corrección cambiaria de proporciones, como descuentan algunos?Que el actual gobierno, en el último tramo de su gestión, jure que no va a devaluar no garantiza que eso no ocurra, por ejemplo, en diciembre, cuando asuma el próximo presidente.Por otra parte, la experiencia histórica revela que decir que no se devaluará forma parte de un dogma de la clase dirigente. Aunque esa promesa casi nunca se cumple.En el período final de la convertibilidad, por caso, la expresión "no vamos a devaluar" era casi un mantra. La historia terminó como otras veces: con una brutal disparada del dólar.En principio devaluar implica que una determinada mercadería o servicio perdió valor. En este sentido, si con 100 pesos el consumidor compra menos que antes, es porque la moneda ya se devaluó.Para varios analistas del mercado, la moneda argentina perdió valor frente a todos los bienes y servicios de la economía, pero esa pérdida fue menor frente al dólar.Se parte del supuesto que el gobierno utilizó diferentes mecanismos para que, artificialmente, el peso se mantenga revaluado respecto de la divisa extranjera.Tras varios meses de salidas de capitales y atesoramiento de los ahorristas, se impuso en octubre de 2011 un severo control de cambios, lo que derivó en la aparición de un mercado informal.Desde entonces el "dólar oficial" no fue acompañando la inflación interna de la moneda, algo que sí estaría expresando el "dólar blue", más allá de su componente especulativo. La brecha entre uno y otro precio de la divisa daría cuenta, en suma, de una inconsistencia en la política cambiaria.La aparición del mercado paralelo se transformó, como otras veces en el pasado, en una bicicleta financiera: la demanda por dólares al precio oficial, implica la reventa de esos billetes verdes en el mercado negro.Ahora bien, si la evolución del dólar paralelo (blue) acompaña a la inflación interna, si es cierto que expresa la evolución de los otros precios de la economía, eso quiere decir que el "tipo de cambio oficial" está atrasado respecto del dólar.Están quienes sostienen que este nivel de atraso cambiario es parecido al que tuvo la convertibilidad antes de su estallido en 2001. Con un efecto idéntico: una distorsión de precios relativos que castiga a productores agrícolas y exportadores.Los historiadores hablan de que los procesos de revalúo artificial de la moneda, que terminaron en brutales devaluaciones, han sido una constante. Anotan al respecto la célebre "tablita" de Martínez de Hoy, en la dictadura militar.La tablita consistió en devaluaciones del tipo de cambio pautadas por debajo de la inflación, que creó una sensación de "plata dulce" (consumo de productos baratos y de viajes al exterior), un proceso que acabó mal.En 1981 Martínez de Hoz abandonó la tablita y devaluó, poco antes de dejar el cargo al terminar la presidencia de Videla. El nuevo presidente, Roberto Viola, y su ministro, Lorenzo Sigaut, debieron enfrentar mercados que estaban convencidos de que la devaluación seguiría. El ministro lanzó su frase tristemente recordada: "El que apueste al dólar perderá".Las devaluaciones son traumáticas porque con ellas los grandes perdedores son los asalariados en pesos y los jubilados, que ven cómo se licúa su poder de compra.
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