El fallo que cuestiona de raíz la gestión ferroviaria
La tragedia de Once, que dejó un saldo de 51 muertos y más de 700 heridos, fue producto de la "trilogía siniestra de empresarios, funcionarios y sindicalistas". A esa tremebunda conclusión, que denuncia una matriz corrupta en la gestión ferroviaria, arribó el juez federal Claudio Bonadío.En un extenso fallo de 876 páginas, el magistrado atribuyó la desgracia ocurrida el pasado 22 de febrero a una oscura trama de intereses.En virtud de este diagnóstico, resolvió procesar a dueños y directivos de Trenes de Buenos Aires (TBA) y a los ex funcionarios kirchneristas encargados de la política ferroviaria y de controlar a dicha empresa.De esta manera, sobreseyó al maquinista Marcos Antonio Córdoba, el hombre a quien muchos de los ahora procesados intentaron culpar por el choque del tren contra la estación porteña de Once.Los dueños de TBA, Claudio y Mario Cirigliano, junto con un grupo de ejecutivos de su red de empresas, fueron acusados por los delitos de asociación ilícita, defraudación a la administración pública y descarrilamiento agravado.La resolución judicial tiene varios párrafos impactantes que denuncian la lógica delictiva detrás de la gestión ferroviaria. El objetivo de la empresa concesionaria, se dice en uno de ellos, "no era prestar un servicio seguro, confiable y con mayores índices de regularidad, sino hacerse de los recursos económicos transferidos por el estado nacional".El argumento central del fallo es que los empresarios, con el objeto de apropiarse de millonarios subsidios estatales, generaron un cuadro de fuerte des-inversión. Bonadío habla de que obraron "por codicia" durante diecisiete años.Esto generó a su vez las condiciones objetivas para que el choque fatal se produjera. Y de hecho se señala que las pericias técnicas "dan cuanta de las deplorables condiciones en las que circulaban los trenes".Paralelamente, el juez imputó a ex funcionarios kirchneristas por abuso de autoridad, por incumplimiento de sus deberes al no controlar a la empresa para que prestara un servicio acorde al contrato de concesión.Fueron procesados, así, los ex secretarios de Transporte Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi, el ex interventor de la CNRT Pedro Ochoa Romero y el ex subsecretario de Transporte Ferroviario Antonio Luna.En su escrito, Bonadío asegura que los motivos del choque "no nacieron espontáneamente aquel fatídico día". Y añade: "Eran conocidos tanto por los operadores de la línea como por aquellos funcionarios encargados de controlar la política ferroviaria y por la dirigencia sindical".A los gremios del ferrocarril, en tanto, el fallo los cuestiona por "privilegiar prebendas sindicales" e impedir "implementar sistemas de gerenciamiento moderno que hubieran dejado al desnudo las falencias".Igualmente impactante es el párrafo del fallo donde Bonadío descarga de culpa y cargo al maquinista: "Nunca se sabrá con certeza absoluta por qué el chapa N°16 corrió más de trescientos metros a casi 27 km/h sin frenar y terminó chocando con el paragolpes de la estación Once de Septiembre", se lee."Lo que sí se sabe es que Córdoba estaba al comando de un tren sobrecargado de peso, con un sistema de frenos que si bien en las anteriores oportunidades había respondido lo hacía con dificultad", se añade."Este Tribunal -se indica- no puede afirmar que Marcos Córdoba no haya cometido algún error en esos críticos momentos, por inexperiencia, miedo o desconocimiento. Lo que sí puede afirmar es que se le había encomendado a un joven de 26 años, con dos de experiencia, la vida y la seguridad de más de 2.500 personas y se le había dado una 'herramienta' vieja, corroída e insegura".
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