El femicidio, en la agenda pública
La serie de asesinatos de mujeres, en el último tiempo, han convertido al femicidio en un tema a flor de piel en Argentina, donde ayer se realizó una movilización bajo el lema "Ni una menos". Esta convocatoria busca crear conciencia ante el hecho de que en el país muere una mujer cada 31 horas, en manos de su pareja o ex pareja. Aunque en realidad la problemática trasciende las fronteras nacionales.En efecto, en América Latina abundan los casos de mujeres golpeadas hasta la muerte debido a un embarazo precoz, acuchilladas por celos, o degolladas tras un divorcio.Esos asesinatos vienen in crescendo pese a que en la región se han impulsado leyes para evitarlos. Aunque escasean las estadísticas oficiales, distintas entidades de la sociedad civil reconstruyen el fenómeno."En Argentina sigue muriendo una mujer cada 31 horas por femicidio", sostiene Fabiana Tuñez, directora de 'Casa de Encuentro', ONG dedicada a esta problemática.En tanto la organización 'Red Alerta' sostiene que Entre Ríos ocupa el quinto lugar en víctimas de femicidio a nivel nacional. De los 277 asesinatos que hubo en el país en 2014, 15 de ellos se produjeron en la provincia, señala esa entidad.Según 'Red Alerta', el impacto social por la violencia de género se ve en el hecho de que en Argentina, por esta causa, quedaron húerfanos el año pasado 357 niños, de los cuales 248 son menores de edad.Los números sobre asesinatos de género en Brasil, en tanto, son impactantes. "Sabemos que 15 mujeres mueren por día solo por el hecho de ser mujeres", ha reconocido en marzo Dilma Roussef, al promulgar una ley que incluye el femicidio en el código penal.Entre los expertos se sostiene que la violencia contra la mujer ocurre en todas las clases sociales. La idea que existe es que se trata de un hondo problema humano y social que obedecería a un modelo cultural de corte machista.Entre nosotros Sergio Sinay, escritor y especialista en vínculos humanos, califica de "masculinidad tóxica" el supuesto paradigma que ha incidido en la formación de muchas generaciones y ha servido para promover comportamientos autoritarios, agresiones, humillaciones, castigos injustos y una vida sexual sin consideración por la mujer.En todos esos casos estuvo presente, dice Sinay, la errada creencia de que se poseía el derecho de imponerse a la mujer por cualquier medio, porque no hacerlo demostraba ser "poco hombre".La presidenta de la Fundación para el Estudio y la Investigación de la Mujer, Mabel Bianco, observa por su lado que la violencia en la pareja, antes más reprimida, hoy se manifiesta abiertamente y con fuerza inusitada."Hay ganas de matar", le dijo al periodista Jorge Fernández Díaz, tras señalar que la naturalización de la muerte está vinculada a la sociedad del espectáculo, donde abunda una agresividad moral descarnada (en películas, series, novelas y programas)."En el interior de las familias -explica Bianco- se pasa cada vez más rápido de las palabras a las ofensas, y se llega con mayor celeridad que antes a las armas y a las heridas".Y añade: "Hay que tomar más en serio este asunto. Muchas veces la Justicia y las fuerzas de seguridad minimizan los ensañamientos domésticos cometidos por hombres y del que son blanco invariablemente las mujeres".La dolorosa serie de asesinatos de mujeres, el hecho de que cada 31 horas muera asesinada alguna de ellas, es una mancha aberrante para cualquier sociedad que aprecie el valor de la vida.
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