El fenómeno social de los “chicos country”
Se han criado en urbanizaciones cerradas, alejados de las contradicciones del mundo. Ahora que tienen que salir afuera, a muchos jóvenes country les cuesta moverse.Durante la década de los '90, sus familias se mudaron a flamantes barrios privados, en busca de seguridad y "calidad de vida". Ahora esos niños ya son jóvenes y tienen que salir a la ciudad a estudiar o trabajar.Muchos de ellos, según los sociólogos, tienen que superar la "metáfora de la burbuja", es decir deben aprender a adaptarse a las reglas de juego del afuera, ya que hasta aquí su socialización se tejió en un circuito cerrado.La nota de Gisele Sousa Dias, del diario Clarín, refleja la falta de competencia social de una generación que se crió sobre la base de códigos diferentes a los del resto de la gente.Preservados por su padres de la furia y la hostilidad de la ciudad en enclaves donde se minimizan los conflictos de la vida real, ahora el choque con esa realidad puede ser conmocionante.La temática es objeto de estudio universitario. Cecilia Arizaga, directora de Sociología de la UCES y autora de una tesis post-doctoral en el Conicet sobre la problemática, cree que hay una colisión entre un microcosmos, el del barrio, y el mundo social real."Vimos que los adultos que viven en estas urbanizaciones construyen un 'nosotros' homogéneo pensado para ocultar los conflictos que hay en todo grupo social. Se mueven en círculos cerrados y arman un discurso del tipo 'acá todos tenemos un estilo de vida similar', 'acá todos tenemos los mismos valores'", señaló.En su opinión, ahora a esos jóvenes country les cuesta hacer el tránsito de una comunidad de pertenencia, construida sobre una identidad social y cultural exclusiva, a un espacio social donde predominan la mezcla y la diversidad.Por otra parte, ese cierra social tan radical de la urbanización privada se justificó en base a los peligros que entrañan los "otros". ¿Cómo acercarse ahora a esos extraños a los que se vino evitando, cómo interactuar con seres sociales de los que se tomó distancia deliberadamente?Sandra Ziegler, investigadora de Educación de Flacso y coautora de "La educación de las élites", asegura que uno de los primeros pasos extramuros que suele hacer los jóvenes de la generación country es la universidad.Pero muchos reproducen "afuera" el mismo círculo cerrado en el que crecieron. "En general, son jóvenes que se movilizan en transfer o en autos propios, no usan el transporte público y concurren a un grupo selecto de universidades privadas. Así se produce una prolongación de pertenencia a grupos de semejantes", describió.Algunos de estos jóvenes se sienten discriminados. Cuando se mezclan con grupos sociales diferentes, ocultan dónde viven para que no los encasilles como "niños bien sin calle"."Muchos fueron criados con temor a la gente común, por eso algunos discriminan tanto y a la vez se sienten discriminados", opina Carla Castello, autora del libro "Vidas perfectas. Los countries por dentro" Surgidos en su momento como casas de fin de semana, las urbanizaciones privadas, muchas de ellas superexclusivas, son habitadas preferentemente por la clase media alta o clase alta.La sociedad norteamericana ha hecho punta en este nuevo modo de vida, y de hecho hay quienes consideran a los barrios privados como copias de las gated communities (comunidades valladas) que existen en Estados Unidos.Para algunos se trata de una tendencia urbana que, nos guste o no, refleja una cultura global donde la sociedad no es vista ya como una colectividad sino como una agregación de individuos.
ESTE CONTENIDO COMPLETO ES SOLO PARA SUSCRIPTORES
ACCEDÉ A ÉSTE Y A TODOS LOS CONTENIDOS EXCLUSIVOSSuscribite y empezá a disfrutar de todos los beneficios
Este contenido no está abierto a comentarios