El furor aquí y en todos lados de la ciberpolítica
La 'Primavera Árabe'. Las marchas de los 'indignados' en Europa y Estados Unidos. Y los 'cacerolazos' en Argentina. El común denominador de estas manifestaciones es que fueron convocadas a través de las redes sociales.Ciberpolítica es el término que se suele emplear en el mundo académico para analizar la profundidad y la finalidad del uso de Internet para el activismo político. No tanto el empleo digital de los candidatos o de los profesionales del poder, sino del ciudadano de la calle, que halla en la web un aliado para ejerce la protesta.La red de redes crece a un ritmo trepidante y casi no hay dudas de que está produciendo transformaciones revolucionarias en todos los planos. Uno de ellos es el de la política.Las autocracias árabes vienen sufriendo la embestida de movilizaciones callejeras, que se organizan y se potencian a través de Internet. El mundo rico, sometido a un ajuste económico, ve florecer a los 'indignados' digitales.En la Argentina contemporánea el último 'cacerolazo' de la clase media fue convocado virtualmente, a través de las redes sociales, donde hoy se cuece el humor social.El régimen de Irán, gobernado por radicales islámicos, ha captado la esencia del peligro mediático. Temeroso de caer como otros gobiernos de la región, ha decidido abandonar el uso de Internet para crear su red propia.La idea del régimen de Mahmud Ahmadinejad es aislar a Irán del resto del mundo, poniendo un cepo cibernético, a fin de que la población iraní no tenga acceso a información producida en otros lados.En el caso de Occidente, algunos creen que las redes sociales están rompiendo el asimétrico modelo de representación, al devolver a la ciudadanía el poder necesario para expresarse sin intermediaciones, planteando exigencias a los gobernantes.Dos características técnicas de la Web hacen posible su atractivo entre los gobernados. Una es la "horizontalidad". En Internet no existe una estructura piramidal.Es decir, una vez que un usuario se conecta a la red tiene los mismos privilegios que cualquier otro, independientemente de la parte del planeta desde la que entre.Aquí no existen usuarios VIP. Todos los que se conectan tienen los mismos niveles de acceso a la información. Esta característica ha hecho posible que en muchos círculos se hable de Internet como un medio democratizador.El otro aspecto técnico es la "bidireccionalidad". Internet ha modificado la lógica de los medios de comunicación tradicionales. Cuando se oye la radio, se ve la TV o se lee la prensa, la información viaja en un solo sentido: del medio al receptor.No existe la interactividad, no existe la posibilidad de réplica. Sin embargo, en Internet el flujo es doble, la información puede viajar de Internet al usuario pero también en sentido inverso.Es decir, ahora el usuario tiene el control sobre la información. Los contenidos de los otros medios los deciden unos pocos para que los disfruten otros muchos.En Internet, en cambio, todos los usuarios son emisores de información y todos, al mismos tiempo, receptores. Aquí cualquiera puede enviar y recibir información, sin pedir permiso a nadie.El poder de los gobernantes, por tanto, queda alcanzado por el poder del teclado. ¿No cambia esto la lógica de todo régimen político que se asienta, necesariamente, en el ejercicio del mando y la obediencia?Algunos teóricos han detectado que en Internet se reproduce el debate clásico entre el control político y las libertades individuales. Y esto ante el intento de algunos regímenes, como el de Irán, de restringir la circulación de información en la red.
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