El humor ayuda a vivir y tiene poder curativo
Estar alegres y prestos a tomar las cosas con sentido del humor ayuda a vivir. Es lo que vienen a confirmar recientes investigaciones: la risa es un poderoso antidepresivo. Filósofos y escritores de distinta procedencia han reflexionado sobre la importancia del humor. Arthur Schopenhauer, cuya visión sombría de la condición humana amargaría a cualquiera, ha elogiado empero la alegría.Para él el humor jovial es un bien precioso: "Nada puede reemplazar a todos los demás bienes tan completamente como esta cualidad, mientras que ella misma no puede reemplazarse por nada".El filósofo alemán dice que ser un hombre joven, hermoso y rico, no garantiza felicidad. La cuestión es saber, agrega, si es alegre. Entonces, poco importa que sea rico o pobre, viejo o joven, bien formado o contrahecho.La clave es la alegría. Conclusión paradójica de quien, en el colmo del pesimismo, postula que "toda existencia es una cosa que mejor fuera que no existiera"."Debemos abrir ventanas y puertas a la alegría, siempre que se presenten", aconseja Schopenhauer, quien a su vez amonestaba a los que vacilan en admitirla, bajo la excusa que saca de meditaciones serias o graves preocupaciones.En tanto, el escritor británico G.K. Chesterton habló de la paradoja del humor y la humildad. Según él, sólo los humildes podían reírse de veras de sí mismos y del mundo.Y esto porque sólo ellos, decía, son conscientes de su estancia transitoria en el mundo y son capaces de olvidarse de sí mismos para disfrutar realmente de la vida.De esta manera, da a entender que los orgullosos, por tanto, que no ven sus propios límites, que están incapacitados de mirarse a sí mismos en el espejo, y descubrir su lado ridículo, no son aptos para el humor.El mundo de la psicología y la psiquiatría, por lo demás, ha descubierto el poder sanador del humor. El psiquiatra Viktor Frankl, que fue prisionero de los nazis en los campos de concentración, contaba cómo en su lucha por la supervivencia, las bromas que diariamente compartía con sus compañeros fueron fundamentales."El humor puede proporcionar el distanciamiento necesario para sobreponerse a cualquier situación, aunque sea por unos segundos. Los intentos por desarrollar el sentido del humor y ver las cosas bajo una luz humorística son una especie de truco que aprendimos mientras dominábamos el arte de vivir, pues aún en un campo de concentración es posible dominar el arte de vivir", escribió.Según los psicólogos, el humor se considera una estrategia eficaz para afrontar los problemas, un elemento de resiliencia, y una de las fortalezas universales del ser humano.De hecho, la risa aparece como una medicina recomendada por publicaciones científicas e instituciones internacionales. Su potencial terapéutico es reconocido.Desde el punto de vista físico, recorta la percepción del dolor, ayuda a mantener elásticas las arterias, estimula el sistema inmunitario, disminuye la acción de las hormonas del estrés y promueve la liberación de endorfina, conocida como hormona de la felicidad.Desde el lado psicológico, reduce el estrés y los síntomas de depresión y ansiedad; cambia la mirada sobre sí mismo y así eleva la autoestima, y la esperanza; promueve la solidaridad y la cohesión social y en general mejora la calidad de vida.Se cree, en suma, que el humor ayuda a enfrentar las frustraciones y adversidades de la vida. "Una persona sin sentido del humor es como una carreta sin amortiguadores: se ve sacudida por todas las piedras del camino", escribió el norteamericano Henry Ward Beecher.
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