El ideal de un modelo agrario con agricultores
En el campo se viene verificando una extraña situación donde una explosión de producción coexiste con una tendencia al despoblamiento rural. Algo que va a contrapelo de la bandera de Federación Agraria, que desde hace cien años viene pregonando el arraigo de los campesinos.Los chacareros afiliados a esa agrupación recuerdan por estos días aquel movimiento de protesta en la región pampeana, allá por 1912, que dio origen a la Federación Agraria Argentina (FAA), el 15 de agosto de ese año.Su reclamo básico lo expresó Esteban Piacenza, que presidió FAA durante treinta años, en aquel testamento famoso, escrito en Gualeguaychú, mientras estuvo detenido por orden del gobierno del general Agustín P. Justo."Lo básico es la propiedad de la tierra para quienes la trabajan y viven en ella", expresó entonces el líder agrario, que por entonces estaba llamando a una huelga general y a una marcha sobre Buenos Aires.El programa coyuntural para afrontar ese conflicto incluía rebaja en los arriendos, las tasas de interés y los fletes y la fijación de precios máximos. Sin embargo, para Piacenza esos eran paliativos mientras no se resolviese la cuestión de fondo: la tenencia de la tierra a favor de los chacareros.En su libro "Historia del agro argentino", Osvaldo Barsky y Jorge Gelman, hacen constar la contradicción de los dirigentes políticos de Argentina de aquella época, quienes miraban con buenos ojos el modelo de desarrollo estadounidense.Sobre la base de ese modelo aspiraban a una sociedad rural con alta presencia de productores independientes y prósperos, libre de grandes desigualdades y lejos del tradicionalismo campesino.Pero este tipo de sociedad ideal "encontraba un obstáculo serio en el régimen de tenencia de la tierra con importante presencia de la gran propiedad y del arrendamiento", sostienen esos autores.En Estados Unidos la tierra había sido accesible y su permanente división había permitido la instalación de capas propietarias de distinto tamaño. El campo argentino, herencia de la colonia española, mostraba en cambio una estructura feudal.Entre nosotros Domingo F. Sarmiento tampoco soportaba los latifundios improductivos y la mala distribución de la tierra en amplias zonas del país. En su época (segunda mitad del siglo XIX) propuso una legislación de partición de la tierra y de colonización, que encontró fuerte resistencia en la oligarquía pampeana.El sanjuanino pertenecía a aquella elite liberal que buscó liquidar el régimen feudal, mediante una reforma que hiciera posible sembrar de granjas la pampa (modelo de desarrollo capitalista del agro, similar al de Estados Unidos).Luego de 100 años del Grito de Alcorta, que puso en pie de guerra a los arrendatarios del sur de Santa Fe y Córdoba y parte de la provincia de Buenos Aires, y que dio origen a la FAA, el mundo agrario parece debatirse en el mismo problema.Hace poco el presidente de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos, Oscar Montero, sostuvo que "en los últimos 15 años la producción de Entre Ríos creció un 300%, pero al mismo tiempo el número de productores disminuyó un 37%".Y afirmó: "Eso significa pérdida de actores económicos, de pequeñas empresas dispersas en la provincia, de prestadores de servicios, en definitiva mayor concentración con expulsión de pequeños y medianos eslabones de la cadena".El Padre Luis Jeannot Sueyro -hombre de FAA y a quien Piacenza en una ocasión le pidió que no abandonara a la gente de campo- solía advertir: "Temo que lleguemos a una agricultura sin agricultores".
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