El idioma, el libro y el recuerdo de Cervantes
Hoy coinciden dos celebraciones muy simbólicas para el lenguaje y la literatura: el día mundial del libro y el del idioma español. Este último en recordación del autor de El Quijote de la Mancha.El 23 de abril de 1616 fallecían Miguel de Cervantes Saavedra, William Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega. Motivo suficiente para rendir en homenaje mundial al libro y sus autores, según convino la UNESCO.Al mismo tiempo, el Instituto Cervantes eligió esta fecha para celebrar la importancia del español como lengua internacional, que ya cuenta con más de 450 millones de hispanohablantes en el mundo.Miguel de Unamuno ha escrito páginas sustanciales sobre la obra inmortal de Cervantes. "Nuestro loco sublime, nuestro modelo, don Quijote", decía, alienta una filosofía de vida.El caballero de la triste figura es un idealista empedernido. Su aventura caballeresca nos recuerda que aún vencido es como se vence, si no se abandona la pelea.La lengua lleva implícita una filosofía; y el quijotismo, dirá Unamuno, es la lengua española que discurre en Cervantes y su Quijote, desarrollando sus metáforas seculares, por medio de las cuales conocemos el mundo.El español, con sus 450 millones de hablantes en un área de 12 millones de kilómetros cuadrados, tiene cada vez más presencia en el mundo globalizado del siglo XXI.Hay un dato importante: la población de origen hispano en Estados Unidos supera ya los 45 millones de habitantes, convirtiéndose en la más grande minoría étnica de ese país.Esto hace que Estados Unidos sea, a la vez, el segundo territorio del planeta donde más personas hablan el idioma de Miguel de Cervantes. Sin embargo, más allá de esta expansión, hay signos preocupantes respecto del deterioro del castellano, y del lenguaje en general.Esto se echa de ver en la destrucción que se observa en el mundo digital. Por ejemplo en las abreviaturas de los mensajes de textos, donde te quiero se escribe tkr, mañana es mñn, nacieron es nacrn, gracias es grcs y así.El presidente de la Academia Nacional de Letras, el lingüista y copoblano Pedro Luis Barcia, viene advirtiendo que los jóvenes están hablando hoy con un promedio de 250 palabras, contra las 800 que usaban una década atrás.Esto en un idioma rico, bello y fecundo como el español, que cuenta con 85 mil vocablos. De esta manera, la piedra fundamental de la comunicación -en nuestro caso la lengua de Cervantes- viene siendo devastada cada día un poco más.Aún no se entiende que empobrecer el lenguaje es empobrecer el pensamiento, al tiempo que se reduce nuestra capacidad de aprehender y comprender el mundo que habitamos."Cuando en una sociedad democrática al hombre se le reduce el vocabulario, se lo estrecha mentalmente, se lo somete intelectualmente y pierde la posibilidad de matices de pensamiento crítico", opina Barcia.El lingüista nos recuerda la neolingua, la jerga estrecha que se imponía en la sociedad de "1984", la novela de George Orwell: "En el apéndice de la neolingua dice que el sistema va reduciendo cada vez más las palabras para que el hombre sea cautivo y no tenga libertad de pensamiento. Un régimen totalitario termina por dominar al hombre a través de la escasez del lenguaje".Hoy es un día, además, para recodar la importancia del libro. La caída de la lectura instala la inquietante pregunta acerca de si asistimos al final de ese artefacto cultural, que cede ante la hegemonía de la pantalla.¿Y qué será del libro impreso? El semiólogo Umberto Eco asegura que permanecerá tanto como las cucharas, los cuchillos y la idea de Dios.
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