El idioma español en la sociedad multicultural
La lengua de Cervantes figura cuarta por el número de personas que la hablan, detrás del chino mandarín, el hindi, y el inglés. Pero los especialistas dicen que tiene una gran capacidad de crecimiento.El 23 de abril pasado -día en que todos los años se celebra el idioma español- se conoció que los hispanohablantes suman 500 millones. Así lo hizo saber Carmen Cafferel, directora del Instituto Cervantes, con sede en Madrid.También informó que Estados Unidos, que cuenta con casi 40 millones de personas que hablan el español, será en 2050 "el primer país hispanohablante del mundo".De hecho las autoridades norteamericanas, ante este fenómeno lingüístico, han tomado medidas tendientes a impedir que el español siga avanzando, conscientes de que el idioma es un factor de cohesión e identidad.Hay estudios que prevén que a medio plazo EE.UU. será bilingüe y, de hecho, las constantes olas de inmigración latinoamericana han impedido hasta ahora que pase con el español lo que ocurrió con los idiomas de otras minorías: que la asimilación los haga desaparecer.Según Pedro Luis Barcia, de la Academia Argentina de Letras, el castellano es el segundo idioma en el mundo con capacidad de crecimiento. Y esto porque el chino, que es el más grande no se expande, al igual que el hindi, que le sigue en orden de importancia.Con respecto al idioma de William Shakespeare, el español tendría una virtud intrínseca. Su rotundez fonética y la simplificación de articulación hacen que se imponga sobre el inglés, según cree Barcia.Fuentes oficiales académicas sostienen que para el año 2030 el español será el segundo idioma más hablado del mundo, detrás del chino mandarín, y para el 2045 se prevé que llegue a ser el primero.Las razones que explican el dinamismo del castellano obedecen a factores históricos, comerciales, culturales y demográficos. Las altas tasas históricas de crecimiento demográfico en los países de cultura hispano-católica, constituyen una variable clave.El fenómeno sobre todo involucra a sectores sociales sumergidos en la pobreza y menos influidos por la secularización de las costumbres, donde el número de hijos no está determinado por la convivencia humana.Pese a que el idioma de Cervantes está en auge, no debe perderse de vista que el inglés es la lengua hegemónica del siglo XXI, sobre todo en los campos de la ciencia, la tecnología y los negocios.Lengua franca de la globalización, no hay territorio lingüístico que escape a la influencia del inglés, cuyo protagonismo está cambiado el léxico y la sintaxis de otros muchos idiomas.
Frente a esto, hay quienes acogen las aportaciones del inglés como algo natural y favorable a la evolución, y están los otros que tratan de limitar el impacto y de preservar su identidad, incluso mediante iniciativas políticas. El papel que desempeña ahora el inglés lo desempeñaron otros, como el latín o el francés, en épocas pasadas; la diferencia en esta ocasión -según un estudio del Goethe Institut- es que las nuevas tecnologías y los medios de comunicación multiplican el impacto y que el uso de una lengua franca ya no se limita a las elites.
"La permeabilidad entre idiomas no es un peligro; malo es cuando cambia la sintaxis o cuando la proximidad de los términos ingleses lleva a una confusión, a un contrasentido radical", opina Jean-Mathieu Pasqualini, de la Academia Francesa.En suma, en medio de la tensión lingüística propia que conlleva la sociedad multicultural, es importante reconocer el dinamismo alcanzado por la lengua castellana, que es la que hablamos los argentinos.
Frente a esto, hay quienes acogen las aportaciones del inglés como algo natural y favorable a la evolución, y están los otros que tratan de limitar el impacto y de preservar su identidad, incluso mediante iniciativas políticas. El papel que desempeña ahora el inglés lo desempeñaron otros, como el latín o el francés, en épocas pasadas; la diferencia en esta ocasión -según un estudio del Goethe Institut- es que las nuevas tecnologías y los medios de comunicación multiplican el impacto y que el uso de una lengua franca ya no se limita a las elites.
"La permeabilidad entre idiomas no es un peligro; malo es cuando cambia la sintaxis o cuando la proximidad de los términos ingleses lleva a una confusión, a un contrasentido radical", opina Jean-Mathieu Pasqualini, de la Academia Francesa.En suma, en medio de la tensión lingüística propia que conlleva la sociedad multicultural, es importante reconocer el dinamismo alcanzado por la lengua castellana, que es la que hablamos los argentinos.
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