El mal sueño y su impacto en la salud
Un tercio de la vida la pasamos durmiendo. Eso quiere decir que el sueño ocupa un lugar central en la salud psicofísica. Sin embargo, los trastornos en el descanso son una epidemia silenciosa que afecta cada vez más a la población.El tópico entre los argentinos ha sido evaluado recientemente por investigadores de la Universidad Católica Argentina (UCA), tras una consulta a personas que habitan en zonas urbanas del país.El 22% de los mayores de 18 años siente somnolencia diurna, mientras que el 14,1% dice que no duerme bien y el 14,8% duerme menos de seis horas. Eso quiere decir que cinco de cada cuatro argentinos sufre algún trastorno del sueño."Son cifras de las que hay que ocuparse. Marcan un problema que, dadas las consecuencias de la mala calidad del sueño, por su relación con los accidentes de tránsito y la aparición de enfermedades como el deterioro cognitivo, la diabetes o la obesidad, merece atención", señaló el doctor Daniel Vigo, investigador del Conicet y docente de la UCA.El insomnio, las apneas, la somnolencia diurna y los ronquidos son sólo algunas de las patologías que millones de argentinos sufren a la hora de dormir.Uno de los problemas es que hay una tendencia a minimizar las anomalías del descanso, aquí y en otras geografías. La cuestión ha hecho que se creara en 2008 el Día Mundial del Sueño, que se celebra cada 20 de marzo, con el objeto de concienciar a la población sobre los males derivados de la falta de descanso.Los expertos señalan que los trastornos pueden manifestarse al tener problemas para mantenerse despierto en horas apropiadas, sonambulismo, pesadillas, y dificultades para dormir.Se sabe, además, que una persona que duerme mal puede ser víctima o provocar accidentes de todo tipo: en la calle, en el ámbito laboral o en su propio hogar. Por eso "dormir no es una pérdida de tiempo", según refieren los especialistas.Dormir mal pude convertirse en un hábito negativo que provoca decaimiento, desinterés, alternaciones en el carácter y, muchas veces, somnolencia durante el día.Algunos estudios aseguran que las disfunciones crónicas en el descanso nocturno pueden ser la causa de distintas enfermedades, además de provocar discapacidades mentales y, en casos extremos, derivar en muerte súbita.En general las personas que sufren insomnio no son capaces de mantenerse activas durante el día. Este mal (querer dormir y no poder) puede estar causado por distintos factores, algunos de los cuales requieren de tratamiento médico y psicológico.El escritor húngaro Emil Cioran sufría de insomnio y en sus escritos hablaba lastimeramente de su condición. La tortura que le producía querer dormir y no lograrlo le hacía valorar la importancia del sueño."El sueño hace olvidar el drama de la vida, sus complicaciones, sus obsesiones, cada despertar es un nuevo comienzo y una nueva esperanza. La vida conserva así una agradable discontinuidad, que da la impresión de una regeneración permanente", escribió.Para él los insomnios revelan, por el contrario, "el sentimiento de la agonía, una tristeza incurable, la desesperación". Al hombre que duerme bien, y que goza por tanto de buena salud, le resbala la desdicha de los que no logran conciliar el sueño, decía Cioran."Él ignora la existencia de individuos que lo darían todo por adormecerse", gemía el escritor para quien existía un vínculo indisoluble entre el insomnio y la desesperación.
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