MOMENTOS DE TENSIÓN EN EL GOBIERNO
El Ministro Sergio Massa atraviesa el desierto buscando su propio destino

Intriga saber cómo harán para convencerlo al Presidente de borrar las PASO. Eso se desprende de las declaraciones públicas de Wado de Pedro que dijo estaban tratando de ‘convencerlo’ de modificar su postura. Es que el debate de las PASO agitó de nuevo la interna oficial y dejó al Presidente en un lugar incómodo.
Por Jorge Barroetaveña
Fue justo después que en el entorno presidencial hicieron trascender que Alberto evalúa ir por la reelección. Manotazo de ahogado, estrategia para conservar lo que le queda de poder o inconciencia política. Nadie lo sabe pero la movida existe a punto tal que un desorientado Hugo Moyano salió a apoyarlo. El tema en rigor fue un paso más en la escalada que el kirchnerismo desató en los últimos días, ya con la paciencia agotada. Como siempre Larroque, que tiene pocos problemas en la Provincia de Buenos Aires dio el puntapié inicial. Le siguió De Pedro y la remató la Vicepresidenta, como en los ‘mejores’ tiempos, criticando vía twitter el aumento autorizado a la medicina prepaga. Dando rienda suelta a su carácter, la Vice tiró la piedra y no escondió la mano. Como tampoco esconde que negocia con Massa un pago extraordinario antes de fin de año a través de Anses, que genera resistencia en La Rosada y en Economía. Claro, de la historia, Alberto ni enterado.
En este tembladeral siguen los tironeos por las PASO. El universo sabe que el lío, si las eliminan, se le arma a la oposición. El PRO, los radicales, tienen hipotecas en cada esquina y siguen zarandeando el árbol de la tolerancia del electorado. Macri, pese a sus llamados a la calma, no para con sus insinuaciones. Larreta ya avisó que le dará pelea, mientras mira de reojo cómo Bullrich le sopla soldados. Al debate se suman los radicales y, preocupados como han dejado saber, por una eventual ‘derechización’ del PRO, arman sus propias estrategias. A río revuelto dice Milei, mientras se restrega las manos. Una de las últimas encuestas da cuenta que ha vuelto a crecer, incluso con posibilidades de alcanzar una segunda vuelta. Esto sería lo que impulsa al PRO a endurecer su discurso para susto de algunos radicales.
La única que la tiene bien clara es Cristina. Sabe que las elecciones serán un naufragio, pero busca alternativas para contener los daños colaterales. En este sentido a la oposición bien le valdría no subestimar al kirchnerismo. Son especialistas en campañas y harán todo lo que esté a su alcance para evitar la debacle. Saben además que el refugio bonaerense sigue vigente y juegan con eso. Alberto está a la intemperie porque ni con el apoyo de los gobernadores cuenta. Encima Schiaretti de Córdoba volvió a embestir contra el kirchnerismo a quién acusó de tener ‘secuestrado’ al peronismo. Es recurrente pero habla de un estado de cosas.
Como ‘loco malo’, Massa va tapando agujeros. Con el Presidente negocia poco, aunque a Cristina no la puede evitar. Lento pero preciso va tejiendo su propia tela camino al 2023. Sueña que Alberto, sin otro remedio, y la misma Cristina, lo terminen apoyando como la única alternativa válida del oficialismo con alguna chance de victoria. Sueña con que la inflación se estabilice y le permita imaginar un horizonte cercano con menos sobresaltos para el segundo semestre del año que viene. Son sueños claro, por ahora, bastante ambiciosos, porque el gobierno que encabeza está descompuesto y amaga con implosionar. Hay algo que el Ministro de Economía no puede manejar. La reacción que tendrá la Vicepresidenta ante una eventual condena judicial por la causa Vialidad. Massa hace gala de ser el único interlocutor, fuera de su círculo íntimo, que ella escucha. Y de la buena onda que tiene con Máximo. Habrá que ver si eso le alcanza. Tiene una sola carta para jugar que es llevarle paz económica al gobierno dándole algo de aire a expectativas positivas. Si no lo consigue, y tiene cada vez menos tiempo para hacerlo, será uno más en la fila. Su desafío será ajustar sin que se note, algo que nadie ha conseguido hasta ahora. O patear la pelota para adelante y que el próximo gobierno se la tenga que sacar de encima.
Los aumentos tarifarios todavía no han impactado de pleno en los hogares. Eso se empezará a ver a partir de noviembre y el verano caliente es un destino no evitable. Hasta la implementación del Programa 30 tiene problemas por algo tan terrenal como el límite de las tarjetas de crédito. Es la inflación tonto, diría la calle. Es el mismo problema detrás de todos los problemas. Y es el caballo más difícil de domar. Massa lo sabe, tanto como las agujas del reloj avanzan inexorables. También él tiene una carrera contra el tiempo. Habrá que ver cuántos soldados lo seguirán dispuestos a atravesar el desierto. Como antes, como ahora y como será siempre, no hay términos medios. Será la gloria o el infierno.