El periodismo y la polémica realidad
Hablar de la objetividad periodística resulta incómodo. Porque no suena verosímil que sea posible alcanzar una representación acabada de la realidad. ¿Pero entonces la narración periodística es un puro invento subjetivo?En un día como hoy, en que en Argentina se celebra el Día del Periodista, suele reeditarse una famosa controversia que atraviesa el oficio: si es posible la objetividad.Esa palabra proviene del concepto "objeto", es decir la entidad sobre la cual se desea saber algo, en este caso con el propósito de ser comunicada a los receptores.La objetividad significa, por tanto, el intento de obtener el conocimiento que concuerde con la "realidad" del objeto, que lo describa o explique "tal cual es", para ser difundida a un público amplio.El periodismo anglosajón sugirió que es posible esa correspondencia, al exponer una máxima para la profesión, formulada hace ya más de un siglo, según la cual "los hechos son sagrados y la opinión, libre".La fórmula plantea que es posible una representación casi exacta del mundo que nos rodea (objetividad), y que sobre esa base es factible hacer luego una libre interpretación (opinión)."Yo he contado las cosas como ocurrieron", suele decir el cronista de la historia, dando a entender que lo que él percibió fue una única e indiscutible realidad, y así tal cual luego la narró.Sin embargo esta visión canónica de la profesión, que postula la objetividad, ya no convence por varias razones. En principio no hay dos periodistas que 'vean' lo mismo, y esto porque cada uno percibe la realidad desde su subjetividad.Aquí se habla de percepciones diferentes del sujeto y, por consiguiente, de distintas representaciones profesionales. Se podría decir, por tanto, que cuando el periodista dice "esto es así", lo que está expresando en el fondo es que así es como él lo ve.El que percibe la realidad es un hombre, no una máquina, nos recuerda el filósofo español José Bergamín, quien escribió: "Si me hubieran hecho objeto sería objetivo, pero me hicieron sujeto".Si cada periodista percibe entonces con matices distintos -y no puede hacerlo de otro modo- cada quien expresará también lo que vio también de distinta manera. La narración (en la que se vuelca lo que se imagina que se ha visto) también es subjetiva.Pero llegado el caso, y colocados en el otro polo de la comunicación, tampoco quien lee o escucha la información es "objetivo". En efecto, en cada acto de recepción se produce una evocación diferente del contenido periodístico, siguiendo también la ley de que toda percepción es selectiva (subjetiva).Ahora bien, dado que no existe la objetividad ¿Significa todo esto que no existe la "realidad" y más todavía: que aun cuando existiera, el periodismo sólo puede dar palos de ciego en la oscuridad?Contra los escépticos, José Ortega y Gasset dice que el hombre tiene afán de conocer, pero la realidad siempre le queda grande. Es decir, el hombre necesita saber, y de hecho le duele su ignorancia, pero a la vez sabe secretamente que sus facultades intelectuales no son suficientes.Por tanto el problema no es que no exista la realidad fuera de la mente -como postula un escepticismo radical-, sino más bien una indigencia cognoscitiva en el propio sujeto.En cuanto al periodismo, el escritor Miguel Ángel Bastenier Martínez postula que "no existe la objetividad, pero sí la honradez". De lo que se trata, dice, "es de dar al lector la versión o representación que a nuestro juicio facilite un mayor y mejor conocimiento de la realidad, aunque a sabiendas de que sólo puede ser aproximado".
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