El retorno del factor religioso
La religiosidad de los pueblos, lejos de disminuir, tiende a resurgir. La tesis de varios analistas es que el sentimiento de Dios persiste incluso en la sociedad occidental, caracterizada como atea y secular. El famoso "Dios ha Muerto" de Friedrich Nietzsche parece quedar atrás. Y tampoco se estaría verificando la metáfora expresada por el célebre ensayo de Martin Buber, "El eclipse de Dios".En pleno siglo XXI más bien se estaría viviendo un renacer del factor religioso. La tendencia fue anticipada por el pensador francés Gilles Kepel quien en 1991 escribió "La revancha de Dios", un ensayo sobre el papel político de las religiones.Pero la problemática religiosa viene mezclada. Por un lado hay una evidente radicalización del Islam en Oriente. Algo que se echa de ver en la amenaza de Estado Islámico (ISIS).En Occidente, de fuerte cultura laicista, se ha producido un fenómeno impensado, a partir del fuerte liderazgo del Papa Francisco, asentado sobre la popularidad de su pontificado.Según Kepel en este lado del mundo las cosas han cambiado. Hasta la década del '70 las instituciones eclesiásticas estaban a la defensiva. El Concilio Vaticano II, con su intento de aggiornamiento a la modernidad, sugería que la Iglesia Católica había tomado nota de su pérdida de influencia.En los ámbitos protestante y musulmán también se observó esta actitud de reacción, según Kepel. Pero la caída de los grandes relatos, verificados a fines del siglo XX, dejó a una inmensa mayoría de la población mundial sin esperanza.El desplome del comunismo en el Este, cuyo dogma del "hombre nuevo" tenia estatus religioso, produjo el efecto nietzscheano del derrumbe de la divinidad para mucha gente.La insuficiencia del capitalismo liberal para dar una respuesta al sentido de la vida más allá del mercado, acentuó por su lado el vacío espiritual de la sociedad occidental.Kepel detectó ya en los '90 una apuesta de la religión en proveer los fundamentos de una modernidad manifiestamente fallida. En Rusia y todo el Este la Iglesia Ortodoxa empezó a recuperar las posiciones perdidas, ante el desplome de la fe comunista.En el nuevo orden global, generado por el fin de la Guerra Fría, se detectaría una configuración de prácticas religiosas que se rebelan críticamente contra la organización social laica por la anomia imperante y la vacuidad en la que cayeron las utopías marxistas y liberales.El Papa Francisco, consciente de este reflujo religioso, estaría percibiendo estos signos, al proponer una evangelización a gran escala. La gira que emprende hoy por países de América Latina, en concreto, apuntaría a fortalecer el catolicismo en la región.El desafío, al parecer, es detener la fuga de fieles hacia el protestantismo. En 1970 el 92% de la población decía pertenecer al catolicismo, mientras que hoy ese porcentaje es del 69%, según un estudio del Pew Research Center.A todo esto, ese centro de estudios de Washington vaticinó que para mediados de este siglo la religiosidad será mayor que en la actualidad. Eso figura en su informe titulado "El futuro de las religiones en el mundo".El relevamiento consigna que el 63% de la población mundial se considera religiosa (el porcentaje más elevado se concentra en África y Medio Oriente). También revela que habrá un notable incremento de la población musulmana y se indica que China, convertida en el mayor "mercado de almas del planeta", se presenta como una incógnita.
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