El río Uruguay y la piedra en el zapato
Los procesos humanos que se han dado en la historia regional se han articulado en torno a un fuerte elemento geográfico: el rio Uruguay. Pero la radicación de la industria pastera se ha convertido en una verdadera "piedra en el zapato" de la integración.El pedido de desmantelamiento de la planta de Botnia-UPM situada en la cuenca del Uruguay -que hoy se ratificará a través de una movilización hacia el puente General San Martín, a instancia de la Asamblea Ambiental de Gualeguaychú- reactualiza un conflicto que se extiende en el tiempo.Los asambleístas locales reclamarán por el cuidado del río Uruguay, como recurso y bien natural compartido con Uruguay. Se trata de la décima marcha vecinal de este tipo.Aunque la petición de máxima es el retiro de la pastera, se pedirá a los gobiernos de Uruguay y Argentina que hagan público el nivel de contaminación que genera la planta, foco de la controversia.Como ya se sabe, las visiones que existen en una y otra orilla, son diametralmente opuestas. Mientras para Gualeguaychú la contaminación del río es de una magnitud que compromete la salud de la cuenca, del lado uruguayo consideran que no hay nada de qué alarmarse.El enfrentamiento diplomático que suscitó la controversia, que llevó a los gobiernos al máximo tribunal de La Haya, cada tanto suele reactivarse. A veces por quejas argentinas ante supuestas decisiones unilaterales uruguayas con respecto al régimen de funcionamiento de la pastera, que impactan en las aguas comunes.Alguna vez la posición de Gualeguaychú contó con el apoyo unánime de la opinión pública argentina, que se mostró sensible a su planteo. Pero con el correr del tiempo esa adhesión cayó, haciéndose el reclamo puramente local.Algunos ecólogos argentinos consideran que este conflicto, por el activismo de los gualeguaychuenses, marcó un antes y un después en la conciencia ambiental de la Argentina, aunque reconocen que no se consiguió el objeto de lograr que Botnia-UPM se retirara de la cuenca.Carlos Reboratti, geólogo y experto en las relaciones entre sociedad y ambiente, opinó hace poco que el ambientalismo le debe a la comunidad local haber colocado la problemática en el ojo de la discusión.Sin embargo sostuvo que esa causa ecológica "en Gualeguaychú perdió", y no así en Famatina, donde la presión social desbarata hoy por hoy los proyectos de la megaminería.Como sea, UPM-Botnia sigue siendo un obstáculo real, un elemento persistente de discordia, que afecta la gestión binacional de ese bien natural compartido que es el río Uruguay.Se trata de una situación indeseada que posterga y entorpece el ideal de la integración entre argentinos y uruguayos, por encima de las divisiones administrativas territoriales, algo que forma parte de la agenda del siglo XXI.El río Uruguay no debiera ser motivo de desunión de los pueblos ribereños, sino de unidad humana. No obstante actualmente la frontera política binacional de esta corriente fluvial parece instaurar barreras entre los gobiernos y sociedades.Pero la historia de la región revela que el factor geográfico ha sido plataforma para el intercambio de grupos humanos. A mediados del siglo XIX, por caso, tuvo lugar un esquema social dinámico e interactivo, gracias a las facilidades que daba la corriente fluvial.Los conflicto ambientales, como los planteados por la instalación de industrias provenientes de otras latitudes, ponen entre dicho estos necesarios procesos sociales de integración.
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