El salto tecnológico y la amenaza al empleo
Los trabajos que hoy conocemos desaparecerán por efecto de los avances tecnológicos, profetizan los especialistas. La imagen del robot que hace todas las tareas, en lugar del hombre, no deja de ser inquietante.¿Qué harán los gobiernos para evitar que la gente pierda el empleo? Esa es la pregunta que se hicieron los asistentes a la charla que los representantes de la Singularity University, que funciona en la NASA, dieron hace poco en Buenos Aires.Según cuenta Gabriel Foglia, uno de los participantes, una frase de los extranjeros dejó sin aliento al auditorio: "En 15 años, el 46% de los empleos que hoy conocemos desaparecerá", rezaba.El razonamiento es que el avance en inteligencia artificial y robótica es de una velocidad y una magnitud impensadas, que un sinnúmero de oficios hoy realizados por los seres humanos serán ejecutados en el mediano y largo plazo por máquinas.Son pocos los aspectos de la vida humana, en el plano laboral, que no han sufrido el impacto de las computadoras. Pero esto será sólo un adelanto de lo que se viene: si un aparato puede realizar métodos de análisis financieros y económicos más eficientes, ¿para qué se necesitarán contadores o financistas?Si hay tecnologías que pueden hacer diagnósticos de enfermedades mucho más precisos, ¿qué ramas de la medicina sobrará en el fututo? No faltará mucho tiempo para que viajemos en vehículos autoconducidos, en cuyo caso, ¿qué será de los camioneros, los taxistas o los pilotos de aviones?Abogados, profesores, soldados, bomberos, y la lista puede seguir, podrían ser reemplazados en un futuro no muy lejano por sistemas y dispositivos que trabajen más eficientemente y en forma económica.Además se sabe que los robots no se enferman, no sufren estrés, no piden aumentos salariales ni hacen huelgas, y por tanto son un recurso apetecido (por su bajo costo y baja conflictividad) por cualquier empresario interesado en aumentar la productividad de su firma.La posibilidad de que las máquinas comiencen a reemplazar a las personas en actividades que hasta hace poco parecían imposibles de delegar es el eje de un debate del que países como la Argentina, de mediano desarrollo, están ajenos."El futuro del trabajo: ¿cuán susceptibles son los empleos de volverse computarizables?". Así reza la más completa investigación realizada hasta ahora sobre el tema, publicada recientemente por los economistas ingleses Carl Frey y Michael Osborne, ambos de la Universidad de Oxford.Frey y Osborne analizaron en detalle las principales 702 ocupaciones del mercado laboral de los Estados Unidos y llegaron a una conclusión escalofriante: un 47% de los empleos de la mayor economía del mundo se encuentran en riesgo de ser reemplazados por máquinas en los próximos 20 años.La cuestión de los cambios que produce la tecnología en el mundo del trabajo -y en realidad sobre el curso de la civilización- no es nueva.Carlos Marx ya planteó en el siglo XIX que el factor técnico está detrás de los modelos sociales cuando escribió: "El molino de viento produce una sociedad con señores feudales; el telar de vapor produce una sociedad con capitalismo industrial".En 1933, John Maynard Keynes, el padre de la macroeconomía moderna, lanzó su concepto del "desempleo tecnológico", que surgiría del hecho de que los avances científicos que permiten economizar puestos de trabajo van más rápido que la capacidad del mercado de generar nuevas ocupaciones.
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