El Sistema de Asignaciones Familiares argentino: un ejemplo regional
La reciente aprobación del Proyecto de Ley de Movilidad de las Asignaciones Familiares, en la que participaron todas las fuerzas políticas que conforman el Congreso, consolida al Sistema de Asignaciones argentino como uno de los más inclusivos y equitativos de la región.Por Carolina Gaillard*La actualización automática y por ley de los montos, según lo previsto en la Ley N° 26.417, supone un paso adelante en una forma de política social que nada tiene que ver con los antiguos patrones de discrecionalidad, discriminación y clientelismo.Eva Duarte decía "no hay fuerza capaz de doblegar a un pueblo consciente de sus derechos" y en este sentido se han inscripto todos los programas que integran el Sistema de Asignaciones Familiares Nacional. Un sistema que no deja a nadie en el camino, que establece que no hay argentinos de primera y otros de segunda. Un sistema que establece que todos los gurises de la patria tienen los mismos derechos.La Asignación Universal por Hijo y por Embarazo y el reconocimiento del derecho para el personal de casas particulares a percibirlas, nos hablan de un Estado que garantiza derechos en todo su territorio, es decir, un sistema realmente federal. Un federalismo entendido por y para el pueblo que impacta directamente en la vida cotidiana de las familias de cada rincón de la patria.En nuestra querida Entre Ríos, junto con una enorme cantidad de políticas públicas instrumentadas por el Gobernador Sergio Urribarri, estas asignaciones han cambiado sustancialmente las posibilidades de las familias más humildes de cada pueblo y ciudad. Esas familias hoy generan una dinamización económica, comercial y social porque comen y visten mejor, educan mejor a sus hijos, tienen una mejor salud y exigen condiciones dignas de trabajo. Y subrayo esto porque, tristemente, hemos escuchado que algunos sostienen que hay madres y padres que ya no quieren trabajar por cobrar la asignación. Conozco muy bien la dignidad de las familias humildes de nuestra tierra y tenemos que celebrar que los trabajadores ya no estén dispuestos a ser pisoteados en sus derechos y exijan salarios justos. Esta es una de las mayores conquistas que tenemos como movimiento.Asimismo, en este largo proceso de lucha por los derechos de las mujeres, estas medidas nos hablan de un Estado que las visibiliza, reconoce y empodera. Porque son miles las responsables de la educación y crianza de sus hijos y son ellas las que hoy detentan esta capacidad de liderar la economía de sus hogares.Frente a un mundo que enfrenta duros desafíos en sus decisiones económicas, decisiones que afectan (o condenan) la vida de miles de seres humanos, nuestra región parece dar muestras de que ya no es posible pensar al crecimiento sin inclusión. El bono Juancito Pinto en Bolivia, el Bolsa Familia en Brasil y la AUH en Argentina, por mencionar algunos ejemplos, dan cuenta de que es medular para todo proyecto de desarrollo nacional pensar en la calidad de vida de los pueblos. Ya no se puede pensar en políticas macroeconómicas que condenen a la gente al hambre.Creemos que el rol fundamental del Estado no es sólo "gerenciar" eficientemente sino, también, incluir y redistribuir: garantizar derechos. En ese camino hemos avanzado en estos últimos 12 años y por ese camino de justicia queremos seguir andando.*Diputada nacional FPV, Entre Ríos
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