ACTUAR PARA SALIR ADELANTE
El teatro y las adicciones: Tres espacios terapéuticos de la ciudad protagonizarán una función a beneficio
Será el próximo domingo, 12 de junio, en el Hogar de Cristo Nazareth. Además de las y los anfitriones, serán parte los grupos de la Iglesia Asunción de María y del Proyecto Unir. “Quiero llevar el teatro a los barrios, porque el teatro es transformador”, expresó el docente Mauricio Viviani, a cargo de los talleres.
Por Luciano Peralta
En 2017, cuando estaba haciendo sus prácticas para recibirse de profesor de Teatro, Mauricio Viviani llegó al Hogar de Cristo Nazareth. Su compromiso social y la buena recepción que encontró su propuesta hicieron que el proyecto de taller tenga continuidad y se consolide en el tiempo.
Desde el Teatro del Oprimido, una tendencia teatral sistematizada por el dramaturgo, actor, director y pedagogo teatral brasileño Augusto Boal (1931-2009), logró sostener su propuesta y, posteriormente, extenderla a otros dos espacios terapéuticos para personas en situación de consumo problemático, como lo son la Iglesia Asunción de María, en el barrio Francisco Ramírez (338 viviendas) y el Proyecto Unir, una asociación civil que también trabaja con esta población.
“El taller en el hogar es semanal, un jueves hablamos con los chicos sobre empezar a trabajar en alguna obra y presentarla, en una fiesta del día del niño o algo así. A la otra semana, me estaba esperando uno de los chicos, que había estado pensando en eso, y propuso hacer una función, que la entrada sea un alimento no perecedero y así poder sostener la olla popular que ellos mismos hacen todos los viernes”, contó Viviani.
“Nos pasa que los pibes, a veces, son muy dispersos o reticentes a participar. Entonces, con la dinámica del especta-actor, quien está mirando no lo hace en un rol pasivo, sino que participa, se van enganchando. El que está observando puede decir la palabra ‘stop’, congelar a quienes están improvisando y decirles cómo seguir. Se trata de jugar, en definitiva”, contó el docente recibido en la Universidad Autónoma de Entre Ríos (Uader).
Durante la pandemia, como “para no volverse loco” -entre comillas, pero no tanto-, Viviani creó una ruleta para jugar con las improvisaciones. “Desde lo lúdico, van construyendo historias que quedan muy buenas. Además, exponen su propia vida, al principio las improvisaciones tenían que ver sólo con las vivencias de ellos y de ahí salían cosas tremendas”.
“A mí me moviliza siempre lo social, quiero llevar el teatro a los barrios porque el teatro es transformador. A un chiquito sin rumbo que le pega el teatro -la peste, decía (Antoni) Artaud-, no para más”, aseguró el docente, que también coordina talleres gratuitos en el centro cultural municipal “Luis María Luján”.
“Trabajar con el tema adicciones es complejo, hay que estar preparado para lidiar con las frustraciones y con realidades muy difíciles, a veces demasiado. La parte buena son las caritas de ellos, la emoción después de la obra. Es esperanzador ver que encontraron una lucecita en medio de tanta mierda, eso reconforta el alma”, sintetizó el docente.
El próximo domingo, a las 19 y con una entrada de un alimento no perecedero, se presentarán en el Hogar de Cristo Nazareth, cinco escenas de diez minutos cada una. Serán protagonizada por los y las jóvenes de los tres espacios terapéuticos. Después, compartirá una comida.