El trigo vuelve a dar que hablar…
Según un informe elaborado por La Bolsa De Cereales de Entre Ríos, a la fecha, la mayoría de los lotes de trigo se encuentran en estado desde encañazón a comienzos de espigazón Momento propicio para prestar atención a las condiciones climáticas y relacionarlas con la aparición del "Golpe Blanco" o Fusariosis de la espiga. Por Conrado José MaagEspecial para El DíaSe trata de una enfermedad típica del centro y norte de la región triguera, en la cual queda incluida la Provincia de Entre Ríos. Afortunadamente su presentación es ocasional entre las diferentes campañas, y muy dependiente de las condiciones climáticas durante el fin de encañazón y la aparición de la espiga del trigo.No obstante cuando se presenta provoca daños directos en las espigas de trigo, desecándolas e impidiendo la formación de granos.Las condiciones climáticas que favorecen el desarrollo de la enfermedad son: temperaturas entre 20 a 30 °C, lluvias frecuentes, alta humedad relativa y períodos de mojado de hojas de 48 a 60 horas.El síntoma característico de la enfermedad es la aparición de espigas blancas (secas), rodeadas de otras normalmente verdes; Las mismas son producto de la invasión del hongo en la floración del cultivo, y su posterior desarrollo entre las espiguillas, por lo que el daño comienza en algún sector de la espiga, para finalmente afectarla en su totalidad. Tal como puede verse en la fotografía.La consecuencia son granos ausentes, vacíos o mal llenados, de aspecto arrugado, blanquecinos, y opacos, sin ninguna calidad panadera. Se los conoce vulgarmente con el nombre de "granos chuzos". Como si fuese poco, llevan el hongo en su interior, por lo que al sembrarse sin tratamiento fungicida, ocasionan nuevamente la enfermedad.Ensayos conducidos en Pergamino, Buenos Aires, mostraron que por acción del patógeno, el número de granos sufrió reducciones más severas que el tamaño de los mismos. Además de estas pérdidas cuantificables en el rinde de trigo, en los granos infectados se pueden formar micotoxinas (metabolitos producidos por el hongo) que afectan al hombre y animales.El hongo causante de la enfermedad, se caracteriza por sobrevivir durante el verano o en ausencia del cultivo-sobre material muerto- como los rastrojos de trigo y otros hospedantes silvestres (sorgo de alepo, gramón, festuca y quinoa). Sin embargo el interés principal está en los rastrojos del cultivo, debido a que pueden ser la fuente de inóculo de la enfermedad para el próximo año o campaña. En tal sentido, la siembra directa, al no remover el suelo y dejar los rastrojos en superficie contribuye a la diseminación de la enfermedad.No obstante como sus esporas son livianas y pueden ser diseminadas por el viento a grandes distancias, debilitan el efecto de prácticas culturales como la rotación de cultivos o el manejo de los rastrojos.La recomendaciones para el control de la enfermedad, se basan en el uso de alguna variedad con cierta resistencia, y en estar atento a las condiciones climáticas durante la floración del trigo, y aplicar fungicidas si las mismas coinciden con las necesarias para el desarrollo del hongo.En cuanto a los tratamientos químicos con fungicidas, el mejor momento de aplicación es el comienzo de floración del trigo, teniendo especial cuidado en la dosis a emplear y en la calidad de aplicación, a los efectos de cubrir adecuadamente la espiga, y evitar repasar el tratamiento en grano lechoso. Luego ya es tarde.
ESTE CONTENIDO COMPLETO ES SOLO PARA SUSCRIPTORES
ACCEDÉ A ÉSTE Y A TODOS LOS CONTENIDOS EXCLUSIVOSSuscribite y empezá a disfrutar de todos los beneficios
Este contenido no está abierto a comentarios

