El turismo salud abre nuevas posibilidades
En esta época la búsqueda de tratamientos de salud, a través de termas y spa, coloca a esta provincia como destino privilegiado. Y Gualeguaychú es parte de esta interesante oferta.La evolución del termalismo en Entre Ríos ha sido verdaderamente vertiginosa. Un fenómeno que se ha dado a tono con la expansión del turismo como actividad económica.El dato es que mientras la explotación del recurso en jurisdicción provincial arrancó a partir de 1994, hoy el mapa termal entrerriano suma doce ciudades.En estos 15 años, por tanto, el sector ha tenido un crecimiento notable. Ensanchando, así, la oferta de una provincia dotada de excepcionales condiciones para el turismo.Gualeguaychú ha sido partícipe de este boom. La puesta en funcionamiento de dos complejos ha dinamizado, concretamente, el perfil turístico de la ciudad, reforzando sobre todo la temporada invernal.A nivel provincial se anuncia la apertura de los complejos termales de Concepción del Uruguay -en agosto de 2009- y de Victoria -cuya inauguración oficial fue anunciada para fines de mayo próximo-, y está el anteproyecto del futuro parque termal de Villaguay.La mayor parte de los centros termales ofrece tratamiento de spa, una alternativa que propone descanso, relax y programas beneficiosos para la salud. Todo conforma una propuesta para mitigar el estrés que disparan los centros urbanos.Cabe consignar que el baño termal, que tiene efectos terapéuticos para todas las personas, en caso de patologías específicas debe ser prescripto por un médico. Por el carácter excitante y estimulante del agua, no siempre se recomienda en fases agudas de determinadas enfermedades.El termalismo ha abierto nuevos horizontes turísticos para Entre Ríos, una provincia que tiene grandes posibilidades en esta actividad. A la vez, ha sido un motor del desarrollo económico para muchas ciudades.Gualeguaychú, concretamente, es ejemplo de esto. Esta ciudad, de hecho, hizo punta en la provincia abrazando la actividad turística, cuyo emblema ha sido el Carnaval.Así, la ciudad aprovechó su extraordinaria ventaja geopolítica recreando un modelo turístico -que se sumó al agropecuario e industrial- del cual se espera todavía mucho más.Hoy nadie discute la conveniencia de este modelo. El turismo integra una visión compartida de su dirigencia y de los vecinos. Se podrá discutir su aspecto, pero nunca su existencia.Este consenso doméstico se asienta en la firme creencia de que la actividad ha venido a mejorar la calidad de vida de los habitantes. El turismo, se sabe, atrae divisas, dando viabilidad económica a ciudades del interior como Gualeguaychú.Esta viabilidad se asienta, entre otras razones, en la capacidad distributiva de ingresos. En efecto, pocas actividades económicas reparten tantos beneficios entre tanta gente.No sólo alienta inversiones específicas en el sector turístico (sobre todo en alojamiento y gastronomía) sino que mueve la rueda del consumo del mercado interno.Muchos gualeguaychuenses han encontrado empleo e ingresos en los emprendimientos asociados al turismo. Y esto en el marco de una oferta que incluye carnaval, termas, pesca deportiva, playas y naturaleza, turismo histórico-cultural, deportivo y rural.El genio emprendedor local brilla con fuerza en la actividad turística, una aliada inestimable del desarrollo regional. Una actividad que, pese a lo mucho que se ha hecho, da para más.Sería importante que Gualeguaychú se consolide como un sitio para turistas que buscan descanso y cuidado de la salud, a través de las termas y los tratamientos de spa.
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