El turismo de salud y la cura por el agua
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Aunque el turismo en sí mismo procura el bienestar psicofísico de las personas, la actividad ha desarrollado una vertiente más enfocada en la salud, de una gran potencialidad.En sentido amplio el ocio y la recreación hacen a la calidad de vida, entendida como ausencia de enfermedad, y en este sentido el turismo y la salud son conceptos estrechamente ligados.Tomarse vacaciones no es simplemente hacer un viaje. Se trata en realidad de un descanso en las actividades laborales y realizar actividades diferentes a la rutina. Y esto tiene una incidencia positiva desde el punto de vista mental y corporal.El turismo masificado de sol y playa, el más tradicional, cumpliría con este cometido. Pero también las personas viajan por razones de salud. Y esta motivación principal es satisfecha por una instalación o servicio turístico específico.El llamado "turismo de salud" está enfocado en resolver, justamente, problemas que genera la vida cotidiana como estrés, neurosis, obesidad, en lugares agradables y especializados en ellos.Los beneficios de este tipo de turismo son variados y van de acuerdo a los requerimientos de una clientela cada vez más amplia y sofisticada. No sólo hay gente que se moviliza para curarse de un padecimiento (una adicción por ejemplo) o para una reactivación orgánica general.También está ese sector que va en busca de climas y de ecosistemas que sean benéficos para su salud. El turismo de salud, según los expertos en la materia, es un segmento que satisface primariamente la necesidad de bienestar físico y psíquico.Dentro de ese concepto hay una variante terapéutica, que está más relacionada con la medicina que con el turismo. La motivación es acudir a centros médicos, pero en forma periférica se utilizan instalaciones y servicios turísticos (alojamiento, transporte, etc.).La vertiente turística, en cambio, está más relacionada con el turismo que con la medicina. Aquí la búsqueda de salud ocurre en centros turísticos como spa, balnearios, centros de talasoterapias, entre otros.El especialista español Sánchez Zapata sostiene que el turismo de salud "es acudir a un centro donde se ofrece una serie de técnicas para mejorar y equilibrar el estado de salud y el bienestar y/o recuperar la salud".El concepto se ajusta a lo que existe en Entre Ríos, en la ciudad de Libertador San Martín. Allí funciona el Centro de Vida Sana, que depende del Sanatorio Adventista del Plata, un complejo sofisticado reconocido internacionalmente.En esa ciudad, más conocida como Puiggari -por la estación de tren cercana-, está emplazado ese centro cuya proyección turística está basada en la actividad del sanatorio, y donde además funciona una Universidad a la que asisten estudiantes de distintas partes del mundo.Por otro lado, el turismo de salud utiliza el agua como materia prima para la cura de males y de enfermedades. El termalismo terapéutico es otra expresión del turismo de Entre Ríos, donde el agua fue y es un elemento esencial de atracción para los visitantes (ecoturismo). Desde el principio de los tiempos la inmersión del cuerpo en el agua y su permanencia en ella fueron utilizadas por los seres humanos como forma de higiene y para curar determinados males.La historia del uso del agua mineromedicinal se remonta a la antigua Roma. 'Balnea termas', así llamaban los romanos a los edificios que albergaban sus baños públicos. Fueron tan populares que las termas se convirtieron en proyectos importantes de todos los emperadores.
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