Enseñar a cultivar la tierra en un país fértil

Hoy se celebra el Día de la Enseñanza Agropecuaria, en conmemoración del inicio del dictado de clases en el Instituto Agronómico-Veterinario de Buenos Aires, ocurrido el 6 de agosto de 1883.La educación agropecuaria en Argentina tiene una larga tradición histórica y empalma con la potencialidad de una geografía extraordinaria, una de las más ricas del globo.Este tipo de enseñanza en el país tiene como primer antecedente la "Escuela Práctica", fundada por Bernardino Rivadavia en 1823 en la quinta de la Recoleta.Sin embargo los historiadores coinciden en señalar a Manuel Belgrano como el principal pedagogo, toda vez que fue él quien propugnó por primera vez que los hijos de los agricultores concurrieran a escuelas técnicas.El héroe de Mayo tuvo entre sus lecturas los escritos de Francois Quesnay (1694-1774), fundador de la escuela fisiocrática, cuyo lema era "campesinos pobres, reino pobre; reino pobre, rey pobre".Creía que para desarrollar la agricultura era necesario algún reparto de la tierra (le preocupaba la tenencia en pocas manos y las superficies improductivas). En este sentido era partidario de darle la tierra a quienes la trabajan.Pero sobre todo enfatizó el papel que juegan la educación y la capacitación técnica. "Una de las causas a que atribuyo el poco producto de la tierra y, por consiguiente, el ningún adelantamiento del labrador, es porque no se mira la agricultura como un arte que tenga necesidad de estudio", señaló sabiamente.Belgrano advertía que toda la riqueza potencial del país estaba en la explotación científica de la tierra, y en las medidas complementarias, como ser los puentes, los caminos y la infraestructura rural.Fue él quien entre los hombres de Mayo planteó un programa básico para el agro, creando una verdadera doctrina revolucionaria, originada en los principios europeos.La educación agropecuaria fue consolidando a lo largo del desarrollo histórico una identidad que la define como una modalidad particular y clave dentro de la educación técnica en nuestro país.En sus distintas modalidades, este tipo de educación se imparte tanto en el nivel secundario, como el superior, mostrando diferentes matices y orientaciones.Argentina tiene una gran tradición de escuelas agrotécnicas, instaladas en el medio rural, cerca de los pueblos y ciudades, donde se forman recursos humanos. Estas instituciones, de hecho, son un factor decisivo en el desarrollo local y regional.Una de las funciones de estas escuelas agrarias es contribuir al afianzamiento de la población rural en el territorio, al dar herramientas para el agregado de valor a la producción de origen.Gualeguaychú se sumó a este tipo de enseñanza en 1965, cuando aquí se creó la Cooperativa Escolar de Enseñanza Agropecuaria. Esta iniciativa sentó las bases para la creación del Instituto Agrotécnico, que hoy funciona en Urquiza al Oeste.Siguiendo con esta tradición, la Sociedad Rural dispuso sus instalaciones, a la vera de la ruta 14, para el dictado de la Tecnicatura en Producción Agropecuaria, como parte de un convenio con la Universidad de Belgrano.La Educación agropecuaria, formal y no formal, en la Argentina comporta una diversidad de instituciones y actores que tiene como desafío acompañar a un sector clave de la economía del país.Uno de los grandes retos de este tipo de enseñanza es adaptarse a las nuevas formas de trabajo de la tierra y a la introducción de las nuevas tecnologías en el mundo agrario.