Entre Ríos ante el peligro del fracking
Se cierne sobre Entre Ríos la amenaza del fracking, peligroso sistema de extracción de gas y petróleo, disimulado por el eufemismo "no convencional". Mario Alarcón Muñiz El miércoles pasado, en El Trébol (Chubut), la Presidenta y el titular de YPF inauguraron trabajos de perforación no convencionales, destinados a "revertir la crisis energética", se dijo. El acto significó la apertura de una nueva etapa en procura de un objetivo incuestionable: mayor producción de gas y petróleo.Se trata de un primer paso. Continuará en Río Negro y Neuquén con la participación de la multinacional Chevron, uno de los monopolios del mundo petrolero, que acordó con el gobierno argentino en diciembre último.Nos preocupa que YPF apunte a Entre Ríos, según se viene hablando desde hace tres años. Lo comentamos por primera vez en esta columna el 14 de febrero de 2010, tras el convenio suscripto cinco días antes por el gobernador Urribarri y el vicepresidente de Repsol-YPF, Sebastián Eskenazi, para "estudiar proyectos exploratorios de hidrocarburos". En aquella ocasión planteábamos la necesidad de "permanecer atentos y enterados para que ningún episodio nos tome de sorpresa". De alto riesgoNuestra preocupación de entonces, ampliada en esta página el 29 de julio del año pasado, se centralizaba en el método de fracturación hidráulica (en inglés fracking), disfrazado tras el eufemismo "no convencional", para extraer gas o shale gas o gas esquisto o gas de pizarra. El procedimiento es de alta peligrosidad para el medio ambiente, las aguas superficiales y subterráneas y la vida en definitiva.Consiste -según los expertos- en extraer gas almacenado en pequeñas cantidades en rocas porosas del subsuelo. La máquina inicia el trabajo con una perforación vertical de entre 400 y 5.000 metros de profundidad. Al llegar a la roca, la perforación se horizontaliza para partirla hasta unos 3 kilómetros de longitud y extraer el gas. El procedimiento requiere la inyección de miles de toneladas de agua a muy alta presión con arena y aditivos químicos (benzenos, xilenos, cianuro, entre muchos otros), sin faltar las explosiones. Es decir, un batifondo en el subsuelo con riesgo de contaminar el agua subterránea y provocar sismos.El agua -alerta la información de quienes estudian el tema- se mezcla con químicos de alta peligrosidad. Se los clasifica: "17 son tóxicos para organismos acuáticos, 38 son tóxicos agudos, 8 son cancerígenos probados, 7 son elementos mutagénicos y 5 provocan efectos sobre la reproducción".La arena mantiene las fracturas abiertas para la salida del gas. Claro que también -añaden los informes- sale agua a la superficie o mejor dicho un fluido que contiene agua, restos de pizarra, mercurio, plomo y materiales radiactivos, como radón, radio y uranio. Si bien esto se almacena en enormes piletones, el peligro no se atenúa. Todo preparado El titular de YPF, Miguel Galuccio, conoce muy bien el asunto porque fue ejecutivo de Schlumberger, la principal petrolera de fracking del mundo, con sede en Londres. En diciembre de 2011 el gobernador Urribarri viajó a la capital británica, invitado por Schlumberger, probablemente para hablar de lo que poco antes había publicado la empresa en su Oilfield Review acerca de la Cuenca Chaco-Paranaense, que sería una importante reserva hidrocarburífera, "la más extensa de Sud América", según la publicación.Un informe del año pasado cursado por YPF al gobierno provincial, señaló a las áreas de Paraná y Federación como "las más probables" de explorar.En julio último, a instancias del Poder Ejecutivo, la Legislatura modificó la ley 8916, de 1995, estableciendo que el fondo energético creado por la misma podrá "financiar estudios, proyectos y obras de exploración y explotación de hidrocarburos". Para hacer más directa la gestión se transfirió la Secretaría de Energía al ámbito de la Gobernación, pues funcionaba en el Ministerio de Economía.Precisamente el miércoles el secretario de Energía, Raúl Arroyo, confirmó que YPF realiza exploraciones en Entre Ríos "para conocer el potencial del subsuelo". Comentó el funcionario que "el proceso es largo y es muy temprano para hablar de fracking". Advertencias y luchasNo obstante, de eso hay que hablar porque ya lo han hecho organizaciones especializadas. Sendos informes del Parlamento Europeo y del Centro Tyndall, de Gran Bretaña,advierten sobre los riesgos del sistema. La Duke University, de Carolina del Norte, EE.UU., demostró severos daños ambientales y de salud en lugares cercanos a pozos de fracking. Presentando otros casos coincidió la Cornell University, de Nueva York.El método está prohibido en algunos estados norteamericanos, además de Francia, Bulgaria, Rumania, Irlanda, Sud África, Nueva Zelanda, parte de Australia y parte de Canadá. ¿Y nosotros lo vamos a probar en Entre Ríos?El movimiento Entre Ríos Libre de Fracking trabaja desde hace varios meses creando conciencia acerca de los riesgos a los que estamos expuestos, además de la contaminación del Acuífero Guaraní, una de las mayores reservas de agua del planeta.El Foro Waj Mapu, de Chajarí, realizó el 31 de enero un encuentro de ambientalistas entrerrianos y correntinos para avanzar en el tema e interesó al Concejo Deliberante de esa ciudad.Mientras tanto, el proyecto de prohibición provincial del fracking presentado en agosto último por la diputada socialista María Ema Bargagna, duerme plácidamente en comisión.A propósito es bueno recordar el artículo 22 de la Constitución Provincial: "Todos los habitantes gozan del derecho a vivir en un ambiente sano y equilibrado, apto para el desarrollo humano, donde las actividades sean compatibles con el desarrollo sustentable, para mejorar la calidad de vida y satisfacer las necesidades presentes, sin comprometer la de las generaciones futuras".Alguien debe tenerlo en cuenta.
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