Esos capitales que se refugian en el exterior
¿A cuánto asciende la cantidad de dinero argentino depositado en el exterior? Se trata de una pregunta de difícil respuesta. Un reciente informe dice que hay 400.000 millones de argendólares depositados en paraísos fiscales.El gobierno se queja de que los empresarios vernáculos no invierten lo suficiente, al tiempo que amonesta a los banqueros porque son renuentes a dar créditos para ampliar la capacidad productiva.Hasta donde se sabe no hay capitalismo sin capitales. Es decir sin el dinero que hace las veces de la sangre que circula para darle movimiento al sistema económico.Argentina, al igual que otros países de América Latina, a pesar de contar con numerosos activos y materias primas naturales, suele tener un déficit crónico de capitales.De ahí la paradoja actual de que mientras el precio de su principal producto de exportación, la soja, cotiza por las nubes (superó la barrera de los 600 dólares la tonelada), rigen no obstante en el país severos controles cambiarios, a causa de la escasez de divisas extranjeras.No es que Argentina no produzca renta o esté incapacitada de producir capitales. El problema es que esos beneficios -la masa de dinero excedente del proceso económico- en lugar de invertirse en el propio sistema se fugan de él."Es difícil que vengan inversiones del exterior cuando ni los propios argentinos traen sus propios ahorros", advirtió hace poco José Ignacio de Mendiguren, titular de la Unión Industrial Argentina (UIA), durante el precoloquio de IDEA para la Región NOA que se desarrolló en Salta.Lo dijo ante el escenario actual de fuga de capitales y falta de planes de inversión que evidencia Argentina. El directivo se preguntó por qué con un mercado adecuado y bajo nivel de endeudamiento "hay tan baja inversión".En su opinión, "nadie deja de invertir porque es perverso. Entonces hay que saber por qué pasa eso y no enojarnos".En ese marco, el empresario sostuvo que "Argentina debe tener como objetivo lograr ser el mejor país para que para un argentino sea el mejor lugar para invertir sus ahorros". "Es difícil que vengan inversiones cuando se llevan el dinero los propios argentinos", agregó.Cómo hacer que esos capitales propios retornen o al menos no sigan yéndose es una cuestión que debiera resolver, en todo caso, la política económica.Los otros dilemas tienen que ver con quiénes sacan el dinero del sistema, cuál es la cuantía de esa masa dineraria, y adónde se deposita en realidad. En cuanto el primer punto -relativo a los tenedores de los fondos- se supone que son argentinos con posibilidad de ahorrar.En este sentido, habría que descartar a jubilados, obreros y empleados y pensar más bien en la burguesía industrial y comercial, profesionales de altos ingresos, ejecutivos, e incluso políticos y sindicalistas.Un capítulo es la expulsión del ahorro hacia el exterior y la cuantía del capital fugado. Parte de ese dinero está depositado en bancos de otros países. Otra parte se acumula en cuentas en paraísos fiscales.Al respecto, hay 400.000 millones de dólares de argentinos escondidos en esos enclaves donde se exime de pagar tributos y se garantiza secreto bancario, según un estudio de la organización Tax Justice Network.Ese monto de dinero equivale al Producto Bruto Interno (PBI) de Argentina de todo un año. El país es uno de los cuatro en América Latina que más dinero envió a los paraísos fiscales entre 1970 y 2010, junto con Brasil, México y Venezuela.La investigación arroja datos conservadores, porque sólo refleja la riqueza financiera y excluye las propiedades y otros activos.
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