Estiman que la cosecha de soja caerá más del 30 por ciento este año
La cosecha de soja, principal fuente de divisas para la Argentina, caerá 33,5 % este año con relación a la del 2008, al pasar de 48,2 a 39,4 millones de toneladas, y la baja podría ser aún mayor si persisten las condiciones negativas y los menores rindes.
Así lo advirtió un informe difundido este viernes por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, que volvió a reducir las estimaciones de producción de soja de la presente campaña.
"Los avances de cosecha siguen mostrando rindes por debajo de los esperados en muchas zonas", coincidió hoy el informe de la entidad.
Levantada una cuarta parte de la superficie útil, la productividad media nacional se ubica en 2.320 kilos por hectárea, indicó el Panorama Agrícola Semanal (PAS).
No obstante, la cifra es significativamente menor -un 32,8 por ciento- a la lograda a igual fecha y los investigadores no descartan que en el futuro bajen las estimaciones totales, en la actualidad proyectadas en 39.4 millones de toneladas de soja.
El análisis consignó levantada un cuarto de la superficie cosechable de soja en todo el país, es decir 4.5 millones de hectáreas (sobre un total de 17.2 millones de hectáreas), con una producción hasta el momento de unos 10.5 millones de toneladas de grano.
Si bien los rendimientos crecieron en 600 kilos por hectárea en la última semana, se debió a la recolección de lotes más productivos en el este de Córdoba y en el centro sur de Santa Fe.
La zona núcleo norte del PAS, que toma una franja de Entre Ríos, Santa Fe y Córdoba fue cosechada en el 50 por ciento de su superficie, 1.78 millón de hectáreas, con el rendimiento más alto promedio, de 3.300 kilos por hectárea y una producción de 5.9 millones de toneladas.
La escasez hídrica motivó que la mayoría de los cultivos de soja estén listos antes para ser cosechados porque "sometió a los lotes" al "punto de marchitez permanente".
Esta situación ocurrió "especialmente en el núcleo sur y en el oeste de Buenos Aires" donde las plantas evapotranspiraron más del agua útil que había en el perfil del suelo, por lo que se secaron más rápido y los granos quedaron más livianos.
Por lo tanto, el factor clave, repetido en varias zonas del país, "es la caída registrada en el peso del grano": como ejemplo, en Pergamino y en Azul, los mil granos de soja pesaron 80 gramos cuando el promedio es entre 120 y 140 granos.
Si bien es un componente del rendimiento que presenta gran estabilidad, este año imprimió recortes en los rindes promedios debido la caída del peso final del poroto.
Los "cultivos" sometidos a estrés hídrico "dan productividades unitarias aún por debajo de los esperadas inicialmente".
Muchos lotes devolvieron 1.6 toneladas de soja por hectárea, por debajo del promedio nacional.
Por otra parte las siembras intermedias, implantadas más tarde en el norte y centro oeste bonaerense, recuperadas parcialmente por lluvias de fines de enero y febrero, volvieron a disminuir su condición por ausencia de lluvias y altas temperaturas.
Las de segunda ocupación (siguientes a un cultivo invernal como trigo), no pocas, tuvieron igual destino y "muchas de ellas se están pastoreando".
Este escenario, según los especialistas, ha sido menos complicado hacia algunos sitios del centro sur de Santa Fe y hacia el este y algunas zonas de la porción central de Córdoba.
Los rindes en ellas parecen ser más elevados que en la porciones norteñas y sureñas de Buenos aires y La Pampa, pero igualmente menores a los potenciales.
Por otra parte, una situación difícil presentan los plantíos del nordeste del país muy afectados por la falta de lluvias.
El oeste de Buenos Aires, una importante zona productiva a nivel nacional, registra menores rindes a los estimados a medida que avanzan las cosechadoras sobre cuadros de primera.
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