Europa y el drama de la inmigración
Mientras por el Mediterráneo no se detiene el flujo humano clandestino proveniente de África y de Oriente Próximo, en el Viejo Continente crece un sentimiento xenófobo y racista. El auge de la intolerancia y la violencia contra los inmigrantes y las minorías étnicas, se refleja en el ascenso de los partidos nacionalistas (populistas) y de ultraderecha en el sistema político europeo.Ahora los inmigrantes ya no son necesarios para el mercado laboral y para rejuvenecer a poblaciones con tasas de natalidad ridículas. Son vistos, por el contrario, como competidores por empleos y servicios públicos cada vez más escasos.La amenaza del Islam acentúa la paranoia nacionalista de franceses y alemanes, sobre todo. La crisis del modelo del multiculturalismo europeo se acentuó con el resurgimiento del radicalismo musulmán, que se ha convertido en factor de desestabilización global.El 'Financial Times' llama la atención, al respecto, que los europeos salen masivamente a la calle cuando mueren algunos de ellos, por ejemplo las 12 víctimas del atentado terrorista a 'Charlie Hebdo' en París."Es poco probable -aclara- que haya una demostración similar en respuesta a la muerte de cientos de potenciales inmigrantes que se hundieron en el Mediterráneo durante el fin de semana mientras intentaban cruzar hacia Europa".Europa se repliega sobre sí misma ante el peligro del "elemento extraño y peligroso" representado por la presencia clandestina de extranjeros provenientes de las tierras remotas de África y de Oriente Próximo.Levanta murallas o vallas que marcan la frontera entre "nosotros" y "ellos", y le cuesta entender el drama humano de tantos refugiados de países devastados por la guerra, que se lanzan a cruzar el Mediterráneo aunque muchos perezcan en el intento."Morir por Europa", así encabezó su editorial el diario español 'El País', de Madrid, al alertar sobre que el Mare Nostrum se está convirtiendo en la "mayor tumba de vidas y esperanzas", por las tragedias asociadas a naufragios.Esta semana la opinión pública europea fue conmovida por la noticia de que un viejo barco ocupado por unos 700 africanos volcó frente a las costas de Libia, y solo sobrevivieron 28 de ellos.Este éxodo continuará, al igual que las trágicas travesías -dice 'El País'- "mientras sea tan diferente la situación entre las dos orillas -una próspera y en paz, otra pobre y consumida por las guerras-".Ribka, un maestro africano de 28 años que desde hace dos años está en Italia, luego de ser rescatado de un naufragio, explicó los motivos de la aventura de tantos africanos."Todos sabemos que podemos naufragar, resultar heridos o que nos devuelvan enseguida a nuestro país, pero las ganas de dejar de sufrir allí, de tener un futuro en Europa, son mucho mayores", testimonió.La llegada de los inmigrantes ilegales se está convirtiendo en un problema social y humanitario que pone en jaque a Europa. El año pasado, arribaron a sus costas cerca de 219.000 refugiados.Los conflictos de Oriente Próximo, como la devastación que está produciendo las guerras en Siria y Yemen, están acentuando el éxodo, haciendo que la presión inmigratoria aumente a niveles preocupantes.¿Qué hacer frente a este problema? Las posiciones están divididas en el Viejo Continente, aunque en la opinión pública crece la tesitura de que ya hay "demasiados inmigrantes" y eso justificaría cerrar las fronteras europeas a los de afuera.
ESTE CONTENIDO COMPLETO ES SOLO PARA SUSCRIPTORES
ACCEDÉ A ÉSTE Y A TODOS LOS CONTENIDOS EXCLUSIVOSSuscribite y empezá a disfrutar de todos los beneficios
Este contenido no está abierto a comentarios