Evitar el default en la economía doméstica
Cada vez más argentinos incumplen con sus compromisos financieros. El fenómeno, que está atado a la estanflación, revela la importancia de ajustar las finanzas domésticas al nuevo contexto. El efecto corrosivo de la inflación sobre el salario de los trabajadores, y en otros casos la eliminación de empleos en la economía privada, llevaron a que muchas familias se atrasaran en el pago mensual de los préstamos destinados al consumo.Por lo visto los sueldos quedaron chicos para los mismos gastos. El problema adicional es que pese a ese bache, y ante la necesidad de financiar necesidades básicas, mucha gente ha vuelto a utilizar la tarjeta de crédito, iniciando un peligroso ciclo de sobreendeudamiento."Hoy hay familias que están en concurso de acreedores, al punto que eligen qué facturas pagar cada mes", reconoció semanas atrás Sebastián Martínez, director comercial de Recsa Argentina, dedicada a la gestión de incobrabilidad y recupero de créditos."Luego de años de mucho consumo -reveló- por la caída del salario real hay hogares donde ya se elige qué factura pagar". El aumento de la morosidad es un reflejo de que a los consumidores no les alcanza su ingreso para afrontar los gastos.El Banco Central (BCRA) precisó que en agosto hubo un repunte de los niveles de morosidad en el circuito bancario formal. Pero el incumplimiento es más alto en el sistema financiero informal, no regulado por el Central.El default o suspensión de pagos es un término que se usa habitualmente en finanzas para definir una situación en la que el prestatario no cumple con las obligaciones legales contraídas con sus acreedores en la forma establecida en el contrato de reconocimiento de deuda.Se diría que así como un país puede caer en default, lo mismo le puede ocurrir a una empresa, a una persona o a una familia. Que no se pueda hacer frente al pago de una o más deudas, tiene consecuencias.En efecto, el incumplimiento lleva al acreedor a la búsqueda de cobro mediante la ejecución de garantías presentadas en la petición del préstamo o de cualquier tipo de bienes que el deudor tenga a su nombre.En situaciones críticas, el acreedor puede embargar una parte de los activos e ingresos del deudor, y en este caso una parte del sueldo de un trabajador. Estas son coyunturas en las cuales el deudor queda al borde del precipicio financiero.Está claro que mucha gente puede caer en el default financiero de manera independiente a la situación económica del país. Pero claramente, al deteriorarse las variables importantes de la economía general, aumenta el número de personas expuestas al default.Los expertos en finanzas hacen recomendaciones para evitar caer en situación de insolvencia doméstica. Aconsejan en principio apartarse de las deudas tóxicas, que son aquellas que cobran un interés exorbitante.Hablan de cortar con los hábitos nocivos de vivir contrayendo deudas constantemente, como una forma de negar el problema. Pero sobre todo es crucial ser realista con el gasto, asumiendo que no se puede vivir por encima de las posibilidades reales.Al respecto, la inflación genera una falsa ilusión de aumento en los ingresos producto de las actualizaciones anuales. El error de análisis es que si bien es verdad que los ingresos aumentan año a año, también lo hacen los precios de los bienes y servicios.Y de un tiempo a esta parte, en la Argentina aumentan más los precios que los salarios, produciendo un deterioro del poder adquisitivo de las personas y de las familias.
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