Francisco, Perón y el cuidado de la Casa Común
A pocos días de haberse celebrado el Día Mundial del Medio Ambiente (5 de junio) y a días de cumplirse el primer año de la publicación mundial de la Encíclica del Papa Francisco, Laudato Si, sobre el cuidado de la Casa Común, la Madre Tierra (18 de junio), es un momento más que oportuno para hacer algunas reflexiones.Lautaro Gervasoni*Laudato Sii" (Alabado seas), constituye un relevante documento, por su cosmovisión social sobre la ecología y el cuidado del planeta y por su exhortación a una revolución cultural. A la vez que enfatiza la relación que existe entre un sistema económico excluyente, la generación de pobreza y la destrucción de nuestra Casa Común.Con vocación ecuménica, el Sumo Pontífice, le habla a toda la humanidad, sin hacer distinciones religiosas ni de ninguna índole y propone una visión integral del ser humano.Francisco apunta sin eufemismos al "paradigma tecnocrático" y al poder financiero internacional, a la idolatría del Dios dinero, a la sociedad de consumo, a la cultura del descarte, y llama a una urgente revolución cultural para cambiar nuestra relación con el planeta.Hablando del nuestro Planeta Tierra, en dicha Encíclica, Francisco hace referencia a que "hemos crecido pensando que éramos sus propietarios y dominadores, autorizados a expoliarla". Citando a publicaciones anteriores de la Iglesia Católica dice "Toda pretensión de cuidar y mejorar el mundo supone cambios profundos en "estilos de vida, los modelos de producción y de consumo, las estructuras consolidadas de poder que rigen hoy la sociedad". Más adelante dice "Si ya no hablamos el lenguaje de la fraternidad y de la belleza en nuestra relación con el mundo, nuestras actitudes serán las del dominador, del consumidor o del mero explotador de recursos, incapaz de poner un límite a sus intereses inmediatos". Refiriéndose a los jóvenes, sostiene: "los jóvenes nos reclaman un cambio. Ellos se preguntan cómo es posible que se pretenda construir un futuro mejor sin pensar en la crisis del ambiente y en los sufrimientos de los excluidos." Y hace una exhortación: "hago una invitación a un nuevo diálogo sobre el modo como estamos construyendo el futuro del planeta." Y así resume los ejes sobre los que pone el acento la encíclica: " la íntima relación entre los pobres y la fragilidad del planeta, la convicción de que en el mundo todo está conectado, la crítica al nuevo paradigma y a las formas de poder que derivan de la tecnología, la invitación a buscar otros modos de entender la economía y el progreso, el valor propio de cada criatura, el sentido humano de la ecología, la necesidad de debates sinceros y honestos, la grave responsabilidad de la política internacional y local, la cultura del descarte y la propuesta de un nuevo estilo de vida." En esta línea, Francisco nos habla de la "confianza irracional en el progreso" y la paradoja a la que nos conduce generando problemas mucho más graves de los que intenta solucionar, como por ejemplo los niveles inadmisibles de contaminación, de los cuales los entrerrianos en particular padecemos con el uso y abuso de agroquímicos: "debida al transporte, al humo de la industria, a los depósitos de sustancias que contribuyen a la acidificación del suelo y del agua, a los fertilizantes, insecticidas, fungicidas, controladores de malezas y agro tóxicos en general. La tecnología que, ligada a las finanzas, pretende ser la única solución de los problemas, de hecho suele ser incapaz de ver el misterio de las múltiples relaciones que existen entre las cosas, y por eso a veces resuelve un problema creando otros".Estos conceptos vertidos por el Papa en su Encíclica son de una gran actualidad y deben ser tomados en consideración con urgencia. Sin embargo, no son concepciones nuevas o desconocidas, más aun para quienes hemos tenido la posibilidad de leer los textos de Juan Domingo Perón. En su Mensaje ambiental a los gobiernos y pueblos del mundo (1972), decía cosas muy similares a las que dice Francisco en su Laudato Si. Es muy impactante la similitud entre ambos textos y solo a modo de ejemplos reproducimos algunas citas. Perón hablaba de "sistemas sociales de despilfarro masivo, basados en el gasto, por el que el gusto produce lucro" y de la necesidad de lo que el llamaba una "revolución mental", lo que " implica comprender que el hombre no puede reemplazar a la naturaleza en el mantenimiento de un adecuado ciclo biológico general; que la tecnología es un arma de doble filo, que el llamado progreso debe tener un límite y que incluso habrá que renunciar a alguna de las comodidades que nos ha brindado la civilización; que la naturaleza debe ser restaurada en todo lo posible que los recursos naturales resultan aceptables y por lo tanto deben ser cuidados y racionalmente utilizados por el hombre". Otro pasaje del texto de Perón que se asemeja al sentido general de Laudato si, en cuanto al llamado a un cambio de paradigma: "La modificación de las estructuras sociales y productivas en el mundo implica que el lucro y el despilfarro no pueden seguir siendo el motor básico de sociedad alguna y que la justicia social debe exigirse en la base de todo sistema". A juzgar por el devenir de la humanidad desde que Perón escribió aquel mensaje, podríamos decir que no fue escuchado y mucho menos realizado el cambio de paradigma que él propugnaba. Sin embargo, otro argentino vuelve a plantear los mismos desafíos y a generar esperanzas. Esperamos que esta vez, para el bien de todos los que habitamos el planeta, con mejores resultados. *Diputado nacional FPV
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