Grecia y un paralelismo inevitable con Argentina
Déficit al rojo vivo y una deuda externa impagable han conducido al país heleno al borde del default. Ahora un salvataje millonario pretende evitar lo peor. ¿Cómo no pensar en Argentina cuando se ve esta escena?Quien ha visto el parecido claramente ha sido Michael Casey, de The Wall Street Journal. Semanas atrás escribió: "Grecia está atrapada en una trampa política y financiera similar a la que hizo que Argentina llegara a proclamar el mayor default soberano de la historia en diciembre de 2001", afirmó el columnista.Mientras se anuncia que el gobierno argentino está por hacer una nueva oferta a tenedores de títulos públicos en default por 20.000 millones de dólares, se acaba de conocer un salvataje para evitar que Grecia caiga en cesación de pagos.Los países de la Eurozona acordaron poner a disposición de Atenas préstamos por 30.000 millones de euros, que se completarán con otros 15.000 millones del Fondo Monetario Internacional (FMI).De esta manera, Grecia tendría a su disposición este año 45.000 millones de euros. Los préstamos de la Eurozona se harán a una tasa del 5%, en tanto que el FMI lo haría a tasas cercanas al 3%.Según los reportes periodísticos, de esta manera se pretende que Grecia no salga a refinanciar sus bonos en el mercado a una tasa del 7,5% de interés, la cual tornaría insostenible la deuda griega en el mediano plazo.El país heleno acumula deuda por 300.000 millones de dólares -que representa el 130% de su PBI- y un déficit público oficial del 12,7%. Este último porcentaje es, para la prensa griega, irreal y estiman que el déficit verdadero está por encima del 14%.Grecia ha prometido bajar el déficit público, a través de un severo plan de ajuste -que obviamente es resistido por la población- y su gobierno ha dicho que no empleará el salvataje.Dicho salvataje, en realidad, busca evitar el efecto contagio en la Eurozona, en un contexto de extrema fragilidad financiera, tras la crisis global de las finanzas en 2008.Varios países europeos, liderados por Alemania, se negaron a rebajar la tasa de los préstamos a Grecia, para forzarla a que haga el ajuste y vuelva lo antes posible a los mercados internacionales.Alemania está muy enojada. Insiste en que Grecia debe pagar por haber vivido por encima de sus posibilidades y por haber falsificado sus cuentas públicas (maniobra similar a la del Indec) durante diez años para evitar sanciones europeas.Michael Casey, el columnista del The Wall Street Journal, encontró otro paralelismo entre Grecia y Argentina: hoy el país heleno no puede devaluar porque la moneda que posee es el euro. Una imposición similar había en estas pampas con el régimen de convertibilidad previo al año 2002."A Grecia se le niega ahora la única posibilidad de reducir ipso facto el terrible dolor económico que atraviesa: una devaluación de su divisa", opinó el columnista.A cambio de esta solución, opinó, a Grecia sólo le queda la deflación, bajar salarios y precios (un contexto económico muy parecido al que vivió Argentina durante el gobierno de la Alianza).El gobierno de emergencia de Eduardo Duhalde, como se recordará, decidió en 2002 romper con la convertibilidad y devaluar la moneda, sentando los fundamentos de la macroeconomía argentina de los últimos años.Casey asegura que Grecia, mediante la deflación, marcha a un fenomenal ajuste fiscal que tendrá un impacto devastador sobre su población. Las medidas a las que se inclinan los políticos tienen un alto costo social que nadie quiere enfrentar y las autoridades repiten que está todo bajo control, igual como en su momento sucedió en Argentina, agregó.
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